25 de enero de 2020

LA VOZ DE LOS OCHENTA. LOS PRISIONEROS EN LIMA



Uno de los espectáculos de rock que los ochenta dejó para el recuerdo fue la gira de LOS PRISIONEROS en Perú. Sea por lo anecdótico de aquella segunda noche en Lima donde la tensión se vivía a flor de piel en el escenario y arena de la Plaza de Acho, aunado a las fallas técnicas y de ejecución,  este concierto, calificado con ironía por Jorge González como legendario, tuvo de todo para impactar en la memoria del público que llenó el tradicional recinto para escuchar al popular trío chileno.  
Esta es la crónica del concierto que apareció en primera plana en el suplemento VSD de La República. 




Archivo hemerográfico de Antena Horrísona



PRISIONEROS DESENCADENADOS

Desde que LOS PRISIONEROS empezaron a escalar impetuosamente posiciones en los rankings de las radioemisoras locales, una interrogante siempre me anduvo rondando: ¿cómo sería un concierto de estos patitas de origen misio, “resentidos” convictos y confesos, exponentes curiosamente de un exitoso estilo musical efectivo, fresco y cautivante que se da el lujo de exteriorizar en las mismas barbas del sistema comercial y muchas veces contra éste, todas sus fobias socio-políticas y raciales? Pues bien, el sábado 19 de setiembre obtuve, en la Plaza de Acho, una respuesta.
        Como no podía ser de otro modo, ésta fue francamente accidentada. Ya las colas interminables de un público excitadamente desordenado que pugnaba por ingresar me hicieron intuir las características que tomaría el espectáculo (que, por cierto, comenzó con hora y media de retraso).
        A penas estallaron los maquinales ritmos tecno-pop de la canción “Quieren dinero”, la noche se pobló de un clima tumultuoso.
        Era obvio que el grueso del público celebraba las diatribas y burlas que, con apasionada persistencia, hacía el cantante de LOS PRISIONEROS contra Reagan y en general contra todo lo que de colonialista y ajena tiene la cultura occidental.
        Sin embargo, y pese a la exaltación de la gente que coreaba victoriosamente sus canciones, era notorio un cierto nerviosismo en los miembros de la banda: algunos problemas de sonido y la obstinada hostilización de un pequeño sector ¿los punkies? de la audiencia agudizó ese malestar. Tal vez por ello sorprendió, favorablemente por cierto, la inusitada energía y aspereza con que interpretaron temas de su primer álbum La Voz de los Ochenta, especialmente la canción “Quién mató a Marilyn”, o “Muevan las industrias” con una introducción de fierros retorcidos, muy oportuna.
        Pero justo en el preciso instante en que comenzaban a tocar “Por qué los ricos”, una piedra, arrojada al parecer desde ese sector hostil del público, le acertó al vocalista. Este detuvo a sus compañeros e increpó a los agresores. El grupo siguió tocando con mayor energía pero, a la vez, perdió claridad. Una bandera con el nombre de Pinochet era quemada, mientras tanto, por otro sector de la audiencia.

La atmósfera se hacía cada vez más afiebrada. Cuando los compases acústicos de “El baile de los que sobran” prometían con cerrar la noche de una manera festiva, otra confusión se apoderó del escenario: las voces no se oían y todo se hizo muy extraño. Resultado: el grupo suspendió la ejecución del tema y anunció que el concierto no podía seguir. Tras una paralización de unos minutos, LOS PRISIONEROS volvieron a escena y cerraron su actuación con el tema “Nunca quedas mal con nadie”. Muchas personas ya se habían retirado.


FuentePrisioneros desencadenados. En: Suplemento VSD del diario La República (25 de setiembre de 1987), pp. 6-7.

No hay comentarios :

Publicar un comentario