16 de enero de 2012

Let the music find you: Dead Can Dance (1984)



Dead Can Dance 

al menos los cuatro integrantes presentes, tienen miradas  que hacen eco en este pacífico cuarto azul en un estilo casi surreal. Miradas que atraviesan con absoluta convicción: Miradas que son en realidad puertas del alma.
Dead Can Dance hace música "Soul" – no en el sentido estricto del género, no del todo -  pero su música en realidad conmueve, trasciende superficiales pretensiones de otros grupos a través de una simple, irremediable honestidad… porque en realidad expresan ese deseo incandescente. Aquello se refleja en sus miradas.
Aquí no existe indicio de infundada ambición, solamente una completa motivación espiritual: Me sorprende cuán conscientes son del progreso de su música, de la dirección que toman… ¿Saben lo que están haciendo?, temo que esta sea una pregunta muy vaga e indirecta.

LISA GERRARD (voces): No es indirecta – es una pregunta muy importante porque desea saber si eres un completo esclavo de tu trabajo o  qué priorizas: Si estás preparado para dar todo de ti y ser guiado por tu creatividad. 
Ahora, si haces algo y dejas que tus influencias te dirijan o detengan, no estas siendo honesto. Pienso que en realidad eres un esclavo, solo un instrumento, es así en todos lados: a donde vayas está la música. Ahora, existe música afuera y asimilas eso a través de otro lenguaje. Puedes dar o recibir placer a través de la música. 
¿Es como una tormenta, no es cierto?  Es como enamorarse u observar tras la ventana un paisaje muy impresionante, natural y fuerte: es solo una TORMENTA que persigues, tan amenazante y auténtico.

¿Y eso es Dead Can Dance?
PETER ULRICH (Batería  - Percusión): Como una filosofía de lo que hacemos, sí, pero creo que a un nivel más práctico. Si tu pregunta apunta a cómo se desarrolla la música; yo lo veo como una prolongación de la exploración de los instrumentos que usamos, mejor que escribir solamente canciones que siguen fórmulas del pasado: modelos de ritmos y secuencias de acordes, ese tipo de cosas. Exploramos una variedad de instrumentos (como el yangqin o dulcimer que toca Lisa), distintos instrumentos de percusión que hemos tenido en nuestras manos en distintos sitios: dejando que las cosas se desarrollen y buscando nuevos espacios… distintos niveles de sonido.


La búsqueda comenzó en 1981 en Melbourne, Australia, aunque solo Lisa Gerrard y Brendan Perry (voces, guitarra) quedaron de la formación original.  En 1982, ya en Inglaterra se unió Peter seguido por Scott Rodger (bajo, quien no se acercó al micrófono) junto al sonidista y viejo amigo de la banda, James Pinker, llegando a convertirse casi en integrante oficial.
Con lo demostrado en su álbum epónimo “Dead Can Dance” (4AD, 1984) más una serie de conciertos, su música alcanzó una  cercana sensación de equilibrio, fluido y coloreado. Es una cascada de etérea y desbordante pasión; la particular naturaleza de sonidos que se disuelven para crear nuevas y variadas atmósferas: para explorar formas de significado, grados de sensibilidad. Con frecuencia ejecutando sus instrumentos, sus roles no están claramente definidos como lo aparentan: Esa flexibilidad es una característica compartida solo por algunas bandas preciadas… otra, es su completa actitud.



DEJA QUE LA MÚSICA TE GUÍE


Lisa y Brendan quizá concuerdan en que la complacencia de Melbourne y la pesada rutina del circuito de conciertos fueron en cierta medida la causa de un eventual viaje a Inglaterra, pero las razones eran menos claras y más “irracionales” que estas: “Si vemos hacia atrás, es difícil saber por qué vinimos”. Lisa añade “… Fue una aventura … intuyes qué sucederá, porque en Australia tienes la idea de que estás en esta isla flotando hacia algún lugar más en el universo, piensas: Solo tengo que ir. Sientes esa fantástica desesperación por irte y ver…”


¿Así que Dead Can Dance ha continuado lo dejado en Australia?
LISA: ¡Oh sí!. Era inevitable que sucediera. El hecho que Brendan y yo permaneciéramos juntos y continuemos aquellos primeros doce meses aquí y luego partiéramos pasando por grandes momentos dolorosos, creo que habría sido difícil destruir nuestra relación musical. Fue muy difícil, era todo lo que teníamos. Si no lo hubiéramos hecho… no lo sé…

Aquel primer año en que Brendan y Lisa tuvieron que vivir en un alojamiento en Poplar (Inglaterra) con vista a una fábrica de químicos debió ser muy desolador. Brendan concuerda, “Al menos durante ese año de inactividad tuvimos una visión”. 
Cuando aquella Visión deviene en algo maravilloso  e inspirador como “Threshold”, es obvio que el propósito de esa Visión es la Emoción:

PETER: Al conversar con personas cercanas o amigos, ellos manifiestan un tipo de respuesta emocional. No solo dicen “vaya, qué gran canción”, sino que además tratan de explicar lo que sintieron al escucharlo.

LISA: … lo que les hizo sentir. Sabes, las personas pueden llegar a ser tan insensibles consigo mismas, se llegan a olvidar y es maravilloso si tú puedes ayudar a alguien a sentir. Sentir su propia presencia o la presencia de las personas a su alrededor. Realmente es muy importante, especialmente en las grandes ciudades y ambientes donde las cosas son tan insensibles a la vista. Ellos realmente necesitan eso: algo que roce los sentidos.
Tienes que lograr que las personas se envuelvan con la música. Siempre has mantenido algo que proviene de  algún plano y creo que es el lugar más importante para que la música se exprese, realmente ayuda a las personas. La gente llega a ser tan insensible.
 Es muy triste, es terrible. Puedes ayudar, puedes compartir esto a través de la música. Si tu puedes alcanzar esto, si puedes enternecer algo o hacerlos sentir solo un poco de calidez o vida o fe o algo, has alcanzado tu propósito.

¿Así que quizá la música es una vía de escape hacia la realidad?
BRENDAN: Es un reflejo de la realidad.

LISA: No es un escape, es lo que realmente es, es lo que realmente existe. Sé a lo que te refieres y es verdad pero realmente no estás escapando: Es solo el lugar equivocado. Solo te has matizado en un tipo de ambiente que es totalmente innatural para ti, totalmente equivocado para ti y la música es solo VERDAD… es REAL. Creo que eso te hace dar cuenta que las cosas alrededor tuyo están equivocadas, tan equivocadas y desequilibradas para ti, lo cual explica el sentir de las personas que han vivido en un ambiente como este por mucho  tiempo... Ellos ODIAN la música – ellos escuchan música y no les importa cuán dulce es. Es música de la cual sentirán disgusto porque los hace ver cuán falso es para ellos su propio ambiente y llega a ser tan perturbador para ellos: Ellos escuchan algo de música y es como si todas las cosas que han perdido estuvieran llamándolos… Es terrible… Es trágico.


DEJA QUE 
LA MÚSICA SUENE
Es excelente ver que la música es la forma más pura y auténtica, lo atribuyo a Dead Can Dance, al hecho de permitir que su música nos conmueva. Sin embargo, ellos deben transitar a través de la maquinaria superficial de la industria: Por supuesto, es el ambiente más insignificante e innatural en el cual existir. Han sufrido por esto y lo seguirán haciendo.
Los Dead Can Dance concuerdan y discrepan:

PETER: Es terrible esta situación pero no es lo esencial; me refiero a la esperanza de encontrar nuestro camino, lugares donde podamos trabajar y que las personas  entiendan lo que estamos tratando de hacer. Así que un eventual producto, ya sea una grabación en vivo o estudio o lo que sea, es lo mejor que podemos ofrecer.

Peter sugiere que la música debe ser esencialmente distinta a lo que se escucha diariamente en la radio.
 
 
LISA: Nada de esto o aquello, simple y llanamente haces música.  lo que ocurra más allá, siempre y cuando se haya compartido lo correcto y no haya sido aprovechado… Creo que la música no se contamina si eres honesto.

BRENDAN es más cauteloso; a su parecer la música actual transmitida en la radio es artificial y cliché, su esencia predecible y trivial: existe por razones evidentes a lo abiertamente comercial, concluye: “Creo que la única forma en que seremos realmente aceptados en la música popular (en el sentido de sonar en la radio) será posible si la música se entrega al gusto mainstream (oficial), lo cual dudo se concrete.

LISA: ¿Estás diciendo que hemos perdido completamente la fe en las personas, que ellos ya no pueden escuchar ni referirse a la música?

BRENDAN: No… No… Estoy diciendo que se da porque la sensibilidad de las personas es limitada, porque ellos consideran a la música como placer.

LISA: ¿Y no crees que si las personas escucharan algo de nosotros o de nuestros  amigos aunque fuera simple, bello y auténtico; acaso no tendrían una reacción?

BRENDAN: Ciertamente ellos responderían, puedo darte un ejemplo: Hacemos una canción, la cual considero una bella pieza musical. Las personas que tengan esa actitud lo verán como algo amenazante, melancólico y fatal, cuando de hecho para mí no lo es. Me pregunto por qué y les pregunto por qué y ellos no pueden explicarlo.


En efecto, así es. La VIDA más allá del adaptamiento musical: Todo lo que Dead Can Dance pide son corazones abiertos, aquí está la belleza ¿Por qué nos resistimos?


ZIGZAG Magazine. Mayo de 1984
Entrevista en idioma original aquí
Dead Can Dance
Fotografías: Fabrizio Arletti 
Concierto en vivo Palazzo dei Congressi Italia 88´ 



3 de enero de 2012

Hacia el reino del sol agonizante. Dead Can Dance 1987





Dead Can Dance
Esta entrevista fue hecha para la promoción del álbum “Within the realm of a dying sun”
Un druida, Brendan Perry, una elfa, Lisa Gerrard
Tentativa de iluminación de su mundo oscuro y emocional
Vivimos en el piso trece de un edificio inglés desde 1981
Antes, estuve cinco años en Nueva Zelanda, luego cuatro en Australia donde conocí a Lisa…

¿Alguno de ustedes tiene origen Celta?
Brendan: Mis padres son de origen irlandés.

Uno puede descubrir alguna influencia Celta en su música…
Lisa: Absolutamente.
Brendan: Creo que proviene de mi padre que tocó música gala y del folklore irlandés.
Lisa: Es difícil no tener influencias… Cuando uno aprende un lenguaje musical, toma palabras de ese lenguaje y un poco de todos lados, es el resultado de las experiencias, la manera en que las cosas han sido descritas…

¿De dónde proviene ese lado clásico en su música?
Brendan: Creo que se debe al hecho de que usamos muchos instrumentos. Como un pintor que usa muchos colores para lograr el tono que desea, nosotros coloreamos nuestra música con la elección de instrumentos. No es suficiente tocar la guitarra y la batería para dar valor a nuestras composiciones.

Si ustedes fueran pintores, ¿Qué tipo de color usarían?
Lisa: Aquellos que nos dieran la máxima belleza natural…
Brendan: En ningún caso colores plásticos o agresivos.

Desean mezclar instrumentación acústica y música electrónica?
Lisa: No, lo electrónico es solo una ventaja…
Brendan: Debemos intentar con lo electrónico para hacer música, puede ayudar. Por ejemplo en el escenario, usamos samplings y teclados. Pero es obvio que preferiría una formación de cuerdas que máquinas.


¿Qué hicieron antes de Dead Can Dance?
Brendan: En Australia y Nueva Zelanda, cada uno por su lado tocó en grupos punk. Todos esos grupos se conocían y tuvimos extraordinarios momentos entre 1977 y 1979. Diferentes músicos estuvieron en el camino para compartir música con nosotros e improvisar, pero todo ello acabó.

¿Cómo ven su futura evolución?
Lisa: Uno debe hacer lo que desea para expresarlo en su debido tiempo, no estamos dispuestos a predecir una evolución…
Brendan: Por ejemplo, nosotros al crear una pieza optimista, una celebración, es el reflejo de nuestro estado mental. Creo que iremos muy lejos en el camino de la experimentación, ahora tenemos mucho material de estudio e instrumentos, por eso seremos más espontáneos.

¿Trabajan de manera separada?
Brendan: Si, a veces… trabajamos menos así que en el pasado.

Me gustaría volver a sus influencias, ¿Cómo lo hicieron por una parte, y por otra, ven expresada una corriente musical que mezcla diferentes culturas?
Brendan: Eso es fácil de explicar: Comencé tocando en un grupo punk. Puedo evolucionar a través de los años musicalmente. Aprendí, escogiendo y desarrollando un lenguaje. Encontré los puntos de articulación para expresar lo más cercano a mi inspiración e ideal. Mi música cambió como este lenguaje propiamente enriquecido; no puedo imaginar tocar lo mismo siempre. Tengo un lado explorador: En lo que concierne a esta corriente, si existe, no tengo conocimiento de ello. Quizá ahora hay  una transición entre el rock y la música contemporánea de John Cage y compañía. Creo que las personas vienen de universos personales, algunos se desarrollaron en base a 1977, otros por ejemplo Wim Mertens o músicos de Eyeless in Gaza trabajan con música anterior a los sesentas y setentas…

¿Les agrada actuar en un teatro antiguo?
Brendan: Es maravilloso. Creo que las piedras son el mejor caso acústico, incluso en un lugar mal conservado. En una catedral o iglesia, el sonido tiene una maravillosa reacción hacia la roca, la música toma otra dimensión.

¿Lisa, por qué no sigues cantando en This Mortal Coil?
Lisa: Porque nadie me ha llamado para ello. Pero eso no es importante para mí porque me gusta cantar piezas que he compuesto, que vienen desde mi ser. Tengo dificultad en cantar covers que Ivo me decía que haga porque no encuentro la gracia en hacerlo, realmente.
Brendan: Existe un problema de identificación. En This Mortal Coil, es necesario identificarse con algo que no viene de nosotros, es difícil tocar música cuya inspiración no se relaciona con nosotros, es casi una mentira…

El grupo de regular diseño en la 4AD, nadie consigue sus sleeves
Brendan: Pensamos que los álbumes tienen una mejor cubierta si traemos nuestras propias imágenes. Creo que hacer un álbum y dejar los sleeves en otras manos es igual a escribir la mitad de un libro, no está terminado…





--- La fotografía de portada del nuevo álbum evoca algo sobre París…
Brendan: Si, ¿lo conoces? Es una estatua del cementerio de Père – Lachaise…

¿Por qué mantienen la idea de muerte?
Brendan: Es más una idea de transición, en sentido simbólico. ¿Por qué las personas han hecho esta estatua? Para simbolizar el recuerdo, y la tristeza también, porque ellos recuerdan a alguien que ha quedado atrás. Este álbum fue una experiencia dolorosa para nosotros, es muy triste.
Esto dice que nosotros no escribimos música triste de manera intencional, pero el año pasado tuvimos grandes sufrimientos, tanto en nuestras relaciones internas como en nuestros mundos apartados, y eso se siente en la música. Escogimos la  imagen de la estatua porque el álbum no tiene un sonido conceptual, y no quisimos poner algo que exprese un concepto, sino algo que sugiera una atmósfera.



Within the Realm of a Dying Sun


¿El imaginario de muerte es un concepto...? 
Brendan: No es una imagen de la muerte. El cristiano diría que es una imagen de transición entre la vida y el más allá.

Algunas personas toman este imaginario en primer grado. Es difícil verlo así…
Brendan: Por supuesto, ¡Pero no puedo explicar mi filosofía y mi concepción de vida en el reverso de los sleeves!

¿Y cuál es esa filosofía?
Brendan: No estoy seguro de querer decirlo en su forma. Son cosas personales de las cuales es difícil hacer una reseña, explicar la razón y el efecto. Más de uno generaliza, es peligroso… En cualquier caso, la música es para mí una verdad personal…

Es quizá también una manera de vivir, Lisa en realidad parece ser una blanca Ophélie nervalienne
Brendan: ¿Qué dices? … (Risas)
Lisa: …???
Brendan: La muerte está en el centro de nuestra filosofía, como para los católicos. Es necesario comprenderlo de esta manera. Cuando tú distingues la muerte la primera vez, siendo niño, entiendes  que el mundo no puede ser el fin. Vas a tener que vivir durante años, luego, es importante que desarrolles tu actitud, tu filosofía hacia la vida. ¿Qué haces todos estos años para vivir? Es el punto inicial y el centro de mi filosofía.

Pero no es tan fácil llevar esta imagen de la muerte, de la tristeza, mientras dices que no es lo único
Brendan: No se cómo decir algo más… no hay nada mórbido en mí. Soy una persona optimista.



Fotografías: Fabrizio Arletti Concierto en vivo. Palazzo dei Congressi. Ciudad de Bologna, Italia, 1988.