26 de agosto de 2020

DELPUEBLO: Las disqueras manipulan, explotan... (Marka, 1987)



Bajo la denominación de Delpueblo, el popular grupo de rock-fusión dirigido por Piero Bustos llegó a publicar en los 80 un maxi-single con cuatro canciones editado por la disquera IEMPSA. 






Las disqueras manipulan, explotan…

Acaban de sacar su primer disco y ya los boicotean

El grupo Delpueblo ha lanzado su primer mini play bajo el sello IEMPSA. El director del grupo, Piero Bustos, es un talentoso músico de Matute que fundó Delpueblo en 1982 y empezó a crear escuela con respecto a la música de fusión (rock-folk con instrumentos andinos), por entonces sólo explorada solitariamente por algunos antecesores como El Polen, Delpueblo funda la onda de rock-fusión y hasta hoy sigue su valioso trabajo, tratando de testimoniar la vida de miles y miles de peruanos desde una perspectiva ideológica lúcida y valiente, además de ejercer el activismo cultural mediante el volanteo y los happenings al más puro estilo vanguardista.
En 1984 una facción del grupo se separó y formó Del Pueblo del Barrio, más académico y convencional, dirigido por Richard Silva y hoy de gira en Europa. Mientras tanto, el genuino Delpueblo, sin calco ni copia, sino creación heroica, sigue en el Perú. Completan el conjunto Hank Ormeño, Toño Temporal, el negro Acosta y Toño Lértora.
Con Piero Bustos conversamos sobre el reciente mini play y algunos otros temas. Aquí sus explosivas respuestas, que hemos transcrito en su propio lenguaje y estilo. Adelante, pues.

¿Cómo sientes la salida del primer disco?
En realidad no se siente nada.

¿Cómo así?
Lo único que se siente es ganas de tomarse unos tragos y seguir haciendo más música, porque lo hecho ya está hecho. Con el tiempo se va volviendo una palta enorme haber sacado un disco, porque las disqueras acaparan toda la edición, no te dan un puto disco…

¿Quieres decir que hay explotación de las disqueras?
Hay explotación, manipulación… Las disqueras son elefantes blancos con más de 50 años. Estos patas trabajan sin ningún criterio de lo que es música nueva, fresca. Te catalogan dentro del mismo saco de lo que es un bolero, o esa clase de música. El músico tiene que hacerse el huevón y bajar la cabeza para poder vender, o en último caso sacarle la vuelta a la disquera.

¿Cuánto han ganado ustedes con la salida del disco?
Hemos ganado una experiencia, nada más. Y esa experiencia es la de no trabajar con una disquera tradicional. Hay que lanzar una disquera pirata, tipo Aviador Dro, las condiciones están dadas. Hay material humano, hay una revista de rock, hay grupos. La próxima edición de Delpueblo va a ser eso, un mini play pirata.

¿Qué dices de Del Pueblo del Barrio?
Deben estar recopilando música en Europa para venir con un rollo nuevo. Ya estuvo bien de mandarse a la mierda. Creo que esos huevones van a venir con su rollo propio acá. Y si no traen su propio rollo, ese ya es su problema.

¿Das por saldada la deuda que ellos tienen con ustedes, especialmente tus canciones?
Creo que lo importante es que la revolución avanza y estos hijos de puta van a ser juzgados. La historia va a decir que junto a los cabrones, junto a los ayayeros, junto a los explotadores está Del Pueblo del Barrio…

¿Por qué?
Por su cobardía y falta de huevos para asumir su propio mundo.

¿Y cómo caracterizas la música de tu propio grupo?
Siempre he sentido que las canciones que brotan de la cabeza de los patas que somos el grupo brotan de haber caminado por las calles de la ciudad. La única forma de ser auténticos es sacando todos los traumas que tenemos dentro…

¿Cuándo sale su mini play pirata?
Va a ser hecho para diciembre. Ahorita comenzamos a trabajar. Todo depende de la gente que tenga billete, porque nosotros no tenemos. Las donaciones se pueden hacer al 727144.

¿Cuáles son tus últimas canciones?
Hay una dedicada a todas las putas y travestis de Lima, y especialmente de la avenida Arequipa. La canción se llama “La esquina gay”. Hay otra que se titula “La rebelión se justifica”. También hay un ayarachi rock. Es un ritmo fúnebre, típico del ayarachi, pero con una onda rockera pesada.

¿Es para un entierro limeño?
Sí, es para enterrar a todos los conchesumadres que están jodiendo, como el negro Acosta y la reacción en su conjunto.

¿Qué más?
Siguen las canciones que estamos presentando en los conciertos, pero que aún no tenemos grabadas, como “Santa Bárbara”, que es sobre la masacre de las cárceles del año pasado.
Hay otra que se llama “Chocolate Sublime”, la historia de una chibola que la violan mientras sus viejos están viendo tranquilamente a Ferrando en la televisión.
Y finalmente hay una canción que estoy sacando ahorita, en la que estoy volcando toda mi arrechura y toda mi palta, que es la de estar misio…

¿Crees que el Perú está dando material social que inspire para crear un arte nuevo?
Creo que sí. Se están agudizando las contradicciones. La gente está definiéndose cada vez más. Y muchas propuestas se diluyen porque todavía hay gente vacilante. Pero la consecuencia de alguna gente, de una canción o de un periódico, o gente que emprende una acción, va marcando una pauta a seguir. Hay una frase que nos ilustra: “Ser joven en el Perú significa que tus sueños sean aniquilados en mancha”, y pienso que los jóvenes han dicho ¡no! A esa huevada. Todo va cambiando y ya nada podrá detenerse.

¿Qué más para la afición?
Que si no encuentran el disco piteen, porque IEMPSA lo está escondiendo. También un saludo a mi viejo que cumple 80 años, una cosa heroica en este país. Y es porque es guerrero, de una raza históricamente heroica…

Mientras tanto, las canciones de Piero y Delpueblo se hacen cada vez más populares y son tarareadas por los jóvenes marginales del país, que ya buscan su cambio, y los cantos que correspondan a esta transformación.


FUENTE
Pazo, Johny. Las disqueras manipulan, explotan... En: Marka. 24 de agosto de 1987, p. 13. 

25 de agosto de 2020

31 años de rock and roll (Asalto al Cielo, 1986)



Un artículo sobre el rock and roll que reivindica la figura mítica de Chuck Berry y la influencia de esta música a través de generaciones. 





Archivo hemerográfico de Antena Horrísona




31 años de
rock and roll


“El rock and roll no ha muerto, ni morirá jamás, mientras haya un joven con ansias de expresarse; pues vio la luz desde que el primer esclavo de color pisó tierra del norte de América” (M.O.P.).
Es evidente que los jóvenes aún no han conseguido su ansiada libertad, todavía están sujetos a moldes y estereotipos que limitan y condenan su existencia a ser simples servidores de un sistema que se muere. Se han cumplido 31 años de largo recorrido en los que innumerables talentos quemaron sus corazones sobre los escenarios; también fueron 31 años de negocio redondo, que engordó a los mismos viejos que al principio se oponían a la difusión de esta música.
Ahora Lima se apresta a resistir la “invasión” Argentina, edición de discos, próximos conciertos de Abuelos de la Nada, GIT, Charly García, grupos que de representatividad juvenil no tienen nada, y forman parte del gran negocio que se desató en el vecino país después de la guerra por Las Malvinas en el 82; grupos que no se descuidan –claro– de utilizar connotaciones juveniles en su imagen y sonido, para bien de su empresa.
Comprender el rock and roll en sus diversas manifestaciones es simple. 
Fue por primera vez música joven para jóvenes, la misma que irrumpió en el estéril panorama del consumo de música son ideas, es –como dicen– el esplendor salvaje en los días en que supimos que nadie podía sentarse delante de nuestras narices, porque estábamos tratando de conseguir nuestro mundo y no el que querían darnos. No se necesitaba entender –y menos estudiarlo– sólo bastaba sentirlo; es así que a partir de la música negra los grupos blancos asumieron dos marcadas posiciones: unos academicistas intentando (estudiando) sentir como negros (Eric Clapton, John Mayall, Rolling Stones) y otros recogiendo el fresco espíritu de libertad de los negros, sin renunciar a su realidad de blancos (Beatles, Kinks, Sex Pistols, Lou Reed, etc.).
La historia no ha terminado, por lo tanto… mucha agua ha corrido bajo el puente, el sistema se repuso de la cachetada inicial, tratando de convertir en un buen negocio las apetencias juveniles, para así controlar sus naturales reclamos. Pero como el rock and roll nunca muere, nuevamente se ha levantado contra la decadencia, ahora en una de sus más radicales versiones, el temido HARD-CORE, que día a día se instala en diversas partes del mundo: España, Brasil, Argentina, USA, URSS, Inglaterra, Yugoslavia, Italia, México y también Lima. Pero no nos ocupa ahora escribir de ello, nos interesa, en este artículo, el pasado, y es exactamente en mayo que se cumplieron 31 años desde que se grabara el primer disco de rock and roll, honor que le tocó vivir precisamente a un negro, nada menos que Charles Edward Berry o simplemente Chuck Berry.
Fue en mayo de 1955 que Chuck Berry realizó lo que más tarde significaría el primer hit del rock and roll. Dice la historia que por esos tiempos Berry se encontraba en Chicago con el propósito de escuchar y ver a su ídolo Muddy Waters, es así que en el descanso de la actuación se encontraron ambos creadores. Waters, conocedor de los trabajos de Berry, le aconsejó ir a ver a Leonard Chess, hombre fuerte de un sello de Chicago. Luego de la entrevista protocolar, Berry consiguió en el acto un contrato que se firmó en presencia de Alan Freed (famoso disc jockey que bautizó el ritmo joven). Para la grabación fueron reunidos el pianista Johnny Johnson, el contrabajista y compositor de blues Willie Dixon, los bateros Jasper Thomas y Jerome Green y en las maracas al no menos famoso Bo Didley. Chuck Berry en la guitarra y canto completaba la banda.
La grabación no demandó mucho tiempo. Se hicieron cuatro temas de los cuales MAYBELLENE salió en 15 días al mercado. Alcanzó un éxito rápido en toda la nación, llegando al puesto cinco en los rankings, para luego vender más de un millón de placas. Este registro se adelantó dos meses a “Rock around the clock” de Bill Haley (julio del 55) a quien –por ser blanco– se trataba de hacerlo aparecer como iniciador de lo que hoy nos preocupa; el sencillo (45 rpm) salió editado con “Maybellene” en el lado A y “Wee wee hours” en el lado B. El lado principal era un tema rapidísimo y fuerte que se desarrollaba con gran intensidad de comienzo a fin. El atrayente título daba pie a diferentes interpretaciones, desde pensar en un auto, una chica o una marca de cosméticos si nos remontamos a la época.
Así fue el comienzo de la expansión del rock and roll, pero Berry no conseguiría la aceptación total pues no era blanco. En Norteamérica se veía “feo” tener un héroe negro, sin embargo, no le importó, no era su meta ser “héroe” (para héroes los h…). Él sólo cantaba a la juventud y eso le importaba.
Berry demostró que se podía rimar música y texto, le cantó a sus contemporáneos (no sólo de su tiempo), a los adolescentes (Little Queenie, Sweet Little Rock and Roller), a la nostalgia de los días del colegio (School days), al mismísimo rock and roll (Rock and Roll music, Roll over Beethoven), a los chicos del barrio (Johnny B. Goode), y a innumerables temas. No fue una exageración cuando dijeron: “El más grande poeta norteamericano no es Bob Dylan sino Chuck Berry” (Eric Burdon – París 1971).
Pero además de poeta Berry fue músico, un buen guitarrista; pueden haber pasado 31 años pero si uno escucha los viejos temas, se puede sentir la magia de los acordes poderosos, una sucesión de notas que a pesar del tiempo siempre tendrán vigencia para ser asimilados por las nuevas generaciones que salen a luz con su “nueva música” … el rock de los 80.
Pero bueno, continuando con la historia, a pesar de que en 1956 su “Roll over Beethoven” llegó al puesto 29, y en 1957 “Sweet Little Sixteen” alcanzó el segundo puesto, la suerte no acompañó a Berry. A finales de la década del 50 fue culpado injustamente de corrupción de menores fuera de las fronteras norteamericanas. De tribunal en tribunal, el caso no muy claro, desató una serie de sentencias de jueces racistas, al final se le achacó una condena de dos años de prisión. Parecía que una parte importante del rock and roll se moría, pero con el renacimiento británico que llegó con los Beatles en los sesenta, nuevamente fue reconocido (los Beatles grabaron varios temas de Berry). Salido de prisión volvió con más fuerza y nos brindó “Nadine”, “You never can tell”, etc. La juventud se volvió a rendir ante él, hizo giras por Europa, en París y Londres; consiguió un éxito impresionante, calificándose sus presentaciones como fiestas inolvidables. Ya en los setenta su “My ding-a-ling” se ubica en el número uno indiscutido de USA y Gran Bretaña (otoño del 72). Era la primera vez que Berry lograba tan grande conquista.
Charles Edward Berry nació el 18 de octubre de 1931 en Saint Louis (Missouri). Hijo de padres coristas de la iglesia local, se dedicó a la música muy joven.
En la escuela aprendió a tocar la guitarra con un tal Tom Stevens. También fue aprendiz de peluquero, intentó algo en fotografía, pero en 1952 funda su primer grupo y comienza a tocar en bares y clubes de su natal Saint Louis. Berry conoció la gloria, el dinero, la fama, las desgracias, pero nunca olvidó su origen, su raza y su música. En sus declaraciones siempre se mostró lúcido y mordaz con respecto al negocio.
Al mismo tiempo sabía reconocer a snobs que no faltaban en la escena rockanrolera. En una oportunidad, luego de una presentación en la TV norteamericana –en donde se hiciera acompañar por John Lennon en la segunda guitarra– un periodista le preguntó su opinión sobre los Rolling Stones. Berry sin hacerse problemas le contestó que no conocía ninguna banda de rock and roll con ese nombre. Este fue el hombre que desató el virus del rock and roll, su espíritu fue el de la música joven, que continúa en nuestra época a pesar de los negocios. Es evidente que nos esperan días peores, pero aún así continuaremos siendo jóvenes, elegiremos al lado de la vida porque la lucha no ha terminado. Larga vida al rock and roll. Leuzemia descansa en paz para beneplácito de los viejos.





FUENTE: Luz Bell. 31 años de rock and rollEn: Asalto al Cielo (10), suplemento dominical de El Nuevo Diario. 29 de junio de 1986, pp. 12-13.

MIKI: OTRA VEZ EN LA MOVIDA (1986)




Foto: Fátima López Alva







En esta minientrevista el tío Miki da algunos detalles sobre cómo se logró producir su primer elepé Puedes ser tú (Interdisc, 1986) en Argentina, y de su pronta publicación en Perú. 





Miki: Otra vez en la movida


Miki González, aquel músico español que radica en el Perú hace más de 20 años y que impactara hace unos meses con su tema “Dímelo, dímelo”, ya está de regreso. Después de haber estado cerca de un mes en la Argentina, donde mezcló y editó su primer LP, ha vuelto a la movida… y esta vez con más fuerza que antes.

¿Cómo así conseguiste mezclar tu LP en Buenos Aires?
“Mira, cuando vino Charly García el año pasado, pude conocer a Rubén Aprile  de Interdisc. Escuchó mi material y le gustó. Quedamos en que yo debía ir allá para lograr un sonido óptimo para su mercado. Y así lo hice”, nos comenta.
Ya en Buenos Aires, Miki firmó contrato con la compañía arriba mencionada y el disco se editó hace un par de meses en el país de La Plata. Si bien 2000 copias vendidas no es una cifra contundente para el mercado argentino, eso sienta un precedente muy importante.

¿Tú crees que el disco que has editado puede abrir una puerta para los rockeros de aquí?
Sinceramente creo que no. Tendría que existir un movimiento muy fuerte aquí para que esto suceda. Y no es así. La gente todavía piensa que el rock es sinónimo de drogas, violencia y todo eso. Sin embargo, existe una gran posibilidad de que se edite un LP del grupo nacional Eructo Maldonado.

¿Y en qué quedó el asunto del veto?
En nada. Si bien hubo cierta presión en el ambiente, todo resultó un bluff. Existió la prohibición para mi actuación en un festival, es cierto, pero yo no iba a participar en él. Creo que se armó mucho alboroto por las puras, y ya ves, el disco sale a la venta dentro de unos días.


A pesar de que es notoria la atención que vienen prestando algunos medios al rock hecho en el Perú, Miki González se muestra un poco desconfiado al respecto… “lo que pasa es que la gente pide los temas, y las radios tienen que ponerlos, eso es todo”.

¿Y qué opinas acerca de los grupos peruanos que se están escuchando últimamente?
“No opino. Simplemente porque no me gustan”.



FUENTE: Pérez, Álamo. Miki: Otra vez en la movidaEn: VSD, suplemento de La República. 5 de setiembre de 1986, p. 12. 

NO HELDEN Y BIZ PIX (1987)



¿Cuáles eran las discotecas de moda en los 80? En este reportaje del suplemento VSD encontrarás o recordarás algunas que se ubicaban en distritos como Miraflores, La Molina o San Juan de Miraflores y que eran punto de reunión y baile al ritmo de música rock.





Archivo hemerográfico de Antena Horrísona


No Helden y Biz Pix, otra nota 

Estos dos locales son frecuentados por los núcleos limeños amantes de la new wave y sobre todo la música post punk.
Largos gabanes negros, raros peinados ya no tan nuevos y un ambiente con luces tenues donde solo la música parece dirigir el movimiento ondulante y algo raro de los adoradores de grupos como Siouxsie, New Order, The Cure, Smiths, Echo and the Bunnymen y toda esa mancha de excelentes grupos surgidos luego de la revolución punk.
El No Helden queda en Lima y el Biz Pix en Miraflores; no hay muchas diferencias entre la gente que asiste a ambas, aunque en el local miraflorino no faltan los patas catalogados como “pitupanks”, quienes según el morocho portero de la “No Helden”, son aquellos pitucos que se disfrazan de negro para ir a la discoteca y luego llegan a su casa y se ponen su mejor terno para ir a un quinceañero.
La entrada cuesta 110 en el Helden y 200 en el Biz y en ambos casos da derecho a ingresar y consumir dos tragos a una pareja.
Las bebidas son baratas, ya que los cortos (gin, ron, pisco) cuestan entre 50 y 70 intis y los vasos de whisky, según su categoría, oscilan entre 100 y 120 intis,
El Biz se anota un punto al exhibir una pantalla de videos, así cuando se está bailando algún tema de Cure o Simpe Minds, allí en la pantalla ve al grupo y se tiene la oportunidad ¿por qué no?  de ensayar sobre la pista de baile algún movimiento de sus ídolos.
Otra de las coincidencias entre ambas es su trato con respecto a los “metaleros” (seguidores del heavy metal), quienes no son bien vistos en dichos locales, Los dueños afirman que no hay discriminación y que son los mismos “metaleros” los que odian a estos clubes, pero lo cierto es que esta mancha de mirada agresiva merodea por las esquinas de ambos locales y algunos cuentan que en muchas oportunidades la sangre llegó al río. Aunque por lo general en ambos centros rocanroleros se respira un ambiente de paz.

A pesar de que ya nos están echando de las discotecas, no podemos dejar de mencionar las del centro de Lima: MK 3, Mo Kambo o Crazy Morse en donde se puede levantar a una copetinera previa invitada de cualquier cantidad de tragos. Como tampoco podemos dejar de mencionar a el Pastrami In de la avenida La Marina en Maranga, en donde los maridos que se sienten engañados por sus esposas van a buscarlas por las noches a este local que es un centro ideal para los encuentros furtivos y adúlteros: es al estilo del viejo Tinieblas– recontra oscuro. Y sabe Dios cuántos matrimonios se habrán destruido allí.

Fuente
Patiño, Víctor. El baile de los que cobran. En: VSD. 2 de octubre de 1987, pp. 2-4.