17 de mayo de 2020

Los punk del 86 (Asalto al Cielo, 1986)












Los punk del 86

Londres. Verano de 1976. El Punk es en el origen un joven inglés nacido en los barrios pobres de la ciudad, de actitud a menudo agresiva a pesar de su apariencia endeble.
Sobreexcitados, históricos, cabellos erizados, vestidos hechos jirones, desarrapados, con profusión de alfileres en la nariz, los adolescentes devenían punks para “acabar” con todo, a la vez a sus grandes hermanos baba cools, de quienes la letargia ecológico-zen se vio totalmente ridiculizada, después, los “padres” que hubieran todavía preferido a sus hijos hippies con los cabellos largos antes que Punk, que jamás dicen “nada” sino “NO FUTURO”.
Y en fin, los muchachos de quienes la panoplia, la armadura completa cuero-clavos-peinado al plátano-cadenas-botas puntiagudas ha sido totalmente destronada por el “look”, por el estilo mucho más espantoso y paradojal de los punks.
Como hoy día, es decir, diez años más tarde, no tiene más sentido repetirse “NO FUTURO”, una nueva generación de chicos punk (que no tienen absolutamente nada de ganas de suicidarse) está naciendo.
Lejos de todos los discursos nihilistas de los primeros punks, ellos están deviniendo gentiles, cuidadosos, narcisistas y también mucho más exigentes sobre todos los detalles de sus apariencias.
Para que el efecto punk sea acertado, los ojos deben parecerse a los de un niño ruin o enfermizo. En los jóvenes, ojo a la manteca negra para los trajes o los modales de ostentación: en las mujeres, un maquillaje Drácula subrayando escrupulosamente las ojeras y huella de una placa negra todo alrededor de los ojos de los cuales la extremidad terminará en una sinuosidad puntiaguda.
Una vez “remojados” en la grasa, los dedos del punk enredan la espiga del cabello para obtener un “spike hair”, célebre corte erizado, sugiere en la cabeza una súbita explosión; también usan ellos tinturas fluorescentes rosa, naranja, verde… un punk digno de este nombre debe de estar en paro, sin empleo.
En Inglaterra los primeros punks célebres tienen un pasado profesional simpático: Dave Vanian, cantor de los DAMNED era sepulturero; el líder de los CLASH era encargado de la apertura de la correspondencia en el Ministerio del Interior… ¡Para salvaguardar a los altos funcionarios de posibles atentados de cartas tramposas de proveniencia irlandesa!
En resumen, vemos caminar por las calles de las ciudades europeas a los punk, que contrariamente a los hippies, no ignoran alegremente el mundo: ellos lo desprecian.

Antijóvenes, antiviejos, antiproles, antiburgueses, antiliberales, antihippies, antigatitos y gatitas hijitos de papá y mamá: ellos no soportan ser tachados de “PUNKS”.



FUENTEVelarde, José. Los punk del 86. En: Asalto al Cielo (6), 1.° de junio de 1986, p. 13. 


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