Los punk del 86
Londres. Verano de 1976. El Punk es en el origen un
joven inglés nacido en los barrios pobres de la ciudad, de actitud a menudo
agresiva a pesar de su apariencia endeble.
Sobreexcitados, históricos, cabellos erizados,
vestidos hechos jirones, desarrapados, con profusión de alfileres en la nariz,
los adolescentes devenían punks para “acabar” con todo, a la vez a sus grandes
hermanos baba cools, de quienes la letargia ecológico-zen se vio totalmente
ridiculizada, después, los “padres” que hubieran todavía preferido a sus hijos
hippies con los cabellos largos antes que Punk, que jamás dicen “nada” sino “NO
FUTURO”.
Y en fin, los muchachos de quienes la panoplia, la
armadura completa cuero-clavos-peinado al plátano-cadenas-botas puntiagudas ha
sido totalmente destronada por el “look”, por el estilo mucho más espantoso y
paradojal de los punks.
Como hoy día, es decir, diez años más tarde, no
tiene más sentido repetirse “NO FUTURO”, una nueva generación de chicos punk
(que no tienen absolutamente nada de ganas de suicidarse) está naciendo.
Lejos de todos los discursos nihilistas de los
primeros punks, ellos están deviniendo gentiles, cuidadosos, narcisistas y
también mucho más exigentes sobre todos los detalles de sus apariencias.
Para que el efecto punk sea acertado, los ojos deben
parecerse a los de un niño ruin o enfermizo. En los jóvenes, ojo a la manteca
negra para los trajes o los modales de ostentación: en las mujeres, un
maquillaje Drácula subrayando escrupulosamente las ojeras y huella de una placa
negra todo alrededor de los ojos de los cuales la extremidad terminará en una
sinuosidad puntiaguda.
Una vez “remojados” en la grasa, los dedos del punk
enredan la espiga del cabello para obtener un “spike hair”, célebre corte
erizado, sugiere en la cabeza una súbita explosión; también usan ellos tinturas
fluorescentes rosa, naranja, verde… un punk digno de este nombre debe de estar
en paro, sin empleo.
En Inglaterra los primeros punks célebres tienen un
pasado profesional simpático: Dave Vanian, cantor de los DAMNED era sepulturero; el líder de los CLASH era encargado de la apertura de la correspondencia en el
Ministerio del Interior… ¡Para salvaguardar a los altos funcionarios de
posibles atentados de cartas tramposas de proveniencia irlandesa!
En resumen, vemos caminar por las calles de las
ciudades europeas a los punk, que contrariamente a los hippies, no ignoran
alegremente el mundo: ellos lo desprecian.
Antijóvenes, antiviejos, antiproles, antiburgueses,
antiliberales, antihippies, antigatitos y gatitas hijitos de papá y mamá: ellos
no soportan ser tachados de “PUNKS”.
FUENTE: Velarde, José. Los punk del 86. En: Asalto al Cielo (6), 1.° de junio de 1986, p. 13.
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