Una entrevista con el cantautor Daniel F. con motivo de su primer trabajo en solitario “Kúrsiles Romanzas”.
La trova subte
Al principio era el ruido. Luego llegó alguien, lo organizó todo y le
dio forma: nació la música. Tiempo después apareció la máquina y con ella las
locomotoras y los automóviles, pero también el magnetófono y las grabaciones.
Una serie de sonidos extraños comenzaron a desarreglar el orden en los salones;
no faltaron quienes, moviendo la cabeza y con evidentes ademanes de censura y
preocupación, alertaron sobre el retorno del tenebroso Ruido.
Entonces, en plena confusión, irrumpió el rock’n’roll. Y de ahí hasta
los subterráneos limeños no hubo mucho: ya se sabe que Leusemia hizo que los
ciclos del rock en el Perú se aceleraran. Todos recuerdan el escándalo que
solía acompañar a sus presentaciones en público. Y peor aún luego de la
aparición de otros grupos que le siguieron los pasos sólo que acentuando la
violencia de su música. Por eso la gente suele decir subtes igual bulla, igual
contestación, igual gritos, igual lisura, empujadera, patadones, fo.
Curiosamente, es el propio Daniel F. –fundador de Leusemia– quien, una
vez más, viene a dar la contra. Desde hace unas semanas está corriendo por el
circuito rockero de la ciudad un cassette con doce temas compuestos,
interpretados y artesanalmente grabados por Daniel, bajo el título de “Kúrsiles
Romanzas”. Lo llamativo es que buena parte de la cinta lo ocupan inusitadas
canciones de amor que en realidad son de desamor y soledad.
Del tipo de gorrita que el año 84 durante los conciertos se mandaba
furibundas arengas sobre el escenario mientras el resto de leucémicos afinaba
los instrumentos, he hallado hoy a un sonidista profesionalísimo al mando de
una consola en el estudio de Aliro Zúñiga. Allí hace grabaciones y mezclas de
todo tipo de música, aunque, a decir verdad, la mayoría es de ritmos andinos.
¿De dónde salieron estas romanzas, Daniel? Mira, a esto yo le llamo “Trash-Pop
electroacústico” –me dice– y la temática más que romántica es intimista. Oye,
pero ese airecito a lo Jacques Brel…
Sí, pero también Salvatore Adamo y Bruce Springsteen: Me gusta lo
melódico, no lo meloso, lo que por supuesto no quiere decir que me deje de
vacilar el black metal, el hardcore punk, el trash metal. Lo que hago es
ponerle a ese pop que parece de los años 60 toda mi cochinada de paredes
eléctricas rocanroleras, que ya son más contemporáneas.
Canciones con letras refinadas y de un lirismo que no por silvestre deja
de ser envolvente, en algo emparentadas con el estilo de Bryan Ferry. Entre los
pankekes se le escucha con estupor, pero también con inocultable fascinación,
pues Daniel F. es una de las personalidades más respetadas (y odiadas) de los
subtes. Los otros temas incluidos son algunos que no alcanzó a grabar con
Leusemia y de hecho parecen de esa época.
Para conseguir la cinta hay que llamar al 522369 y preguntar por
Augusto. Si desea tener un elemento más para (no) entender lo inclasificable de
la movida subterránea limeña, termine ya de leer esta nota y corra hacia el
teléfono más cercano.
Fuente: Malca, Óscar. La trova subte. En:
Caretas (1003), 25 de abril de 1988, p. 84.
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