Luego de ver por estos
días la serie “Sudamerican Rockers” (disponible en Youtube) basada en la historia
de la banda de rock “Los Prisioneros”, recordé que entre mis cosas tenía una
entrevista publicada en el diario La República con motivo de su primera visita
a Perú.
Esta originalmente apareció
en un fanzine de su país, en la época de su segundo disco “Pateando Piedras”. Responde
la entrevista Jorge González, líder de la banda.
Archivo hemerográfico de Antena Horrísona
“Los Prisioneros” de Chile
SOMOS UNOS RESENTIDOS
Hoy y mañana estará
presentándose en Lima este grupo iconoclasta que ha sabido llegar a los
primeros lugares de ventas no sólo en su país. La siguiente entrevista –aunque realizada
hacer varios meses, mantiene su fuerza– ha sido tomada de un fanzine
subterráneo chileno: “LA PUNTA DEL CERRO”.
¿Se consideran artistas?
Somos demasiado no
músicos para ser artistas. No nos interesa mucho serlo en el sentido
tradicional.
¿Y cuál sería el sentido novedoso de ser
artistas?
Lo novedoso estaría en
lo que hacemos, en que hacemos lo que queremos. En este segundo disco –al igual
que en el primero– grabamos todo lo que quisimos, las canciones y letras que
quisimos y en el orden que quisimos. Por otro lado, nos subimos al escenario
con el humor que teníamos cuando subimos. Además, nosotros no vivimos del
aplauso. Durante mucho tiempo cantamos canciones desconocidas a gente que
escuchaba un mal sonido; pero nos daba lo mismo que nos pifiaran o que no nos
computaran. Sabíamos que eso iba a servir más que tocar un tema en la radio o
en inglés.
La única clase de
músicos que pueden aparecer en el tercer mundo, son tipos ricos que juegan a un
estilo y después a otro. Aparte de nosotros, los demás son niños ricos.
¿Y ustedes creen que van a perdurar?
Nosotros sí.
Consideramos que nuestro primer disco, al menos, ya es histórico, marcó época.
Además, sin tener ninguna promoción ganó un disco de oro. Las canciones del
segundo cassette son muy diferentes a
lo que se hace en Argentina y en Chile, incluso en los Estados Unidos. Además
tenemos un prestigio fuerte, somos un grupo serio.
No vivimos tanto de los
hits, hay toda una ideología, un sentimiento y un estilo que la gente ha
aprendido a valorar, sobre todo la gente que anda en micro.
¿Y por qué la gente que anda en micro?
Porque es como
nosotros. Nuestros papás jamás han tenido auto. Los equipos que compramos
vienen de la plata de las actuaciones.
Al parecer ustedes partieron como a préstamo…
Sí, y nos demoramos
como un año y medio en pagar los instrumentos, además que cobrábamos re’poco. Cuando
ya éramos famosísimos, cobrábamos 20 ó 25 mil pesos y llevábamos harta gente.
Ahora estamos cobrando decente, 150 mil y a veces a porcentaje.
¿Y ustedes piensan seguir con productor para
siempre?
Sí, claro, hasta cuando
dure el conjunto. No vamos a estar como el ridículo de Charly García, con
treinta y tantos años dando saltitos arriba del escenario.
Pero es su manera de expresarse
Claro, pero ya es
pintar monos. O sea, sacar un disco entero sin ninguna idea como el Piano Bar.
O el Phil Collins o todos esos ascos que andan por ahí.
¿A quiénes respetan ustedes?
A nadie.
En anteriores entrevistas han dado a entender que
se consideran marginales…
No somos marginales.
Marginal significa un costado, una parte pequeña que está a un lado.
Pero también puede entenderse como salidos o
surgidos de un marco marginal.
Ah, bueno, eso sí. Pero
nunca tanto. En cuanto a los del circuito comercial, no creemos que nos haya
atacado ni que lo vaya a hacer desde el momento en que editamos lo que queremos
y decimos lo que queremos.
¿Y cuál es su posición frente a lo que ocurre en
el país?
Pensamos que la
situación es mala, más allá de lo que sea la crueldad y los asesinatos, es mala
por el lado económico, es pésima.
¿Y transmiten eso en las canciones?
Sobre todo en el
segundo cassette. Siempre en el trabajo nuestro hay una crítica al sistema
capitalista.
¿Qué pasaría si los invitan a tocar a la
Secretaría Nacional de la Juventud? (Organismo burocrático del gobierno militar,
N de R).
Depende, si nos dejan
cantar todo lo que queremos y nos pagan bien, ahí vamos. Yo creo que es mucho
más válido ir a cantar a un montón de fachos las cosas que sentimos, que
cantarles a un montón de hippies convencidos, como diciendo que nosotros los de
adentro tenemos la onda y los de afuera son tontos.
O sea, nosotros vamos a
decirle cosas a la gente que necesita oírlas y no a la gente que ya está
convencida, como lo hacía el Canto Nuevo.
Ustedes parecen ser muy críticos hacia el Canto
Nuevo (Movimiento chileno de música de protesta para intelectuales, N de R) y
se han referido a “estos huevones que andan con poncho y charango y tienen su
Mercedes”.
Es que el Canto Nuevo
está muy lleno de ratones de conservatorio. La intención de ellos era buena,
pero decirse esas entre ellos mismos no tiene nada de nuevo. Iban a lugares que
estaban llenos de convencidos en vez de salir a la calle y hablarle a la gente
en su lenguaje. Esa manera de escribir, esa poesía, esas metáforas, esa música
intrincada, esos sellos… Y después pasemos a la pinta que tenían, súper Bob
Dylan.
¿Y no piensan que eso correspondería a una época?
Pero para esas élites
nomás, porque los tipos no querían llegar a la masa, les daba vergüenza que la
gente común entendiera sus cosas, les daba asco la gente común; al final son
falsos izquierdistas.
¿Pero se han molestado en escuchar o están
hablando por las puras?
Hemos escuchado, pero
poco. Vamos a seguir escuchándolos, pero no mucho. Por ejemplo, yo no sé cuál
es Congreso y cuál Santiago del Nuevo Extremo, son iguales. Y si los veo en
foto, apuesto que son iguales, tipos altos y con barba.
O sea que ustedes tienen un problema grave con
respecto a la gente alta y las barbas…
Sí porque la gente alta
y con barba son de la raza de los europeos emigrantes.
Pero eso no es culpa de ellos…
Bueno, no es culpa de
ellos pero no por eso los vamos a perdonar.
Pero entonces ustedes son resentidos…
Y cómo no vamos a ser
resentidos si vemos que el papá de uno gana mucho menos que cualquiera de esos
imbéciles a los que les pagaron estudios universitarios y pianos y academias y
cosas por el estilo. ¿Cómo no vamos a ser resentidos viendo que toda la gente
está en un nivel mucho más inferior que los del barrio alto? El arte chileno
siempre ha sido representado por el barrio alto; los pintores, los músicos, son
puros huevones palteados que no entienden nada.
¿Es malo todo lo que hacen?
Todo es malo. Los
pintores están haciendo unas pinturas súper europeas y antiguas, se quedaron
con el Pop del 50.
¿Y en la literatura?
No sé, pero los
apellidos de los tipos –Huneeus, Rosasco– cómo no va a dar asco leer esos
apellidos. Ellos no tienen la culpa, pero que se queden callados, que se vayan
a sus países de origen, que se queden en Europa, si no son chilenos ni
europeos; igual que los escritores argentinos, son todos súper arribistas e
intelectuales.
¿Encuentran a todos pésimos, menos a ustedes?
Sí. Pero si hubiera un
grupo bueno lo reconoceríamos. Hay dos grupos aparte de nosotros: BANDA 69 y
EMOCIONES CLANDESTINAS, son buenísimos. Curiosamente ellos tampoco tiene equipos; ¿qué curioso, no? Porque los otros estúpidos
son tipos a los que el papito les regaló el equipo. Y si se equivocaban, el
papá les daba más plata para que se dedicaran a otra cosa. Mi papá ha estado
cesante durante todos estos años y no puede hacer esa gracia.
¿Cómo están asumiendo la popularidad?
De la mejor manera
posible. Nos estamos equipando porque queremos que la gente nos escuche muy
bien. Y después, tocar donde queramos. Vamos a poder no cobrar si nos da la
gana, ir a los colegios fiscales donde estudiamos nosotros.
FUENTE:
Los Prisioneros de
Chile: Somos unos resentidos. En: Suplemento
VSD. 18 de setiembre de 1987, pp. 6-7.
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