El primer artículo periodístico
sobre el rock subterráneo fue publicado en la sección "Opinión" del
diario La República. El periodista Óscar Malca, quien estuvo vinculado al rock
subterráneo desde sus inicios como espectador y cronista, presenta a estas dos
agrupaciones rockeras. "A lo que habría de estar atentos es a esa
proliferación subterránea de identidades que afirman su diferencia respecto al
establishment, sin necesidad de darse el trabajo de oponérsele", advierte.
El escrito acaba anunciando la presentación
de Leusemia para ese día (10 de noviembre) en un local de la avenida Del
Ejército, en Miraflores.
Archivo hemerográfico de Antena Horrísona
Leuzemia y Delpueblo
Ave Rock organizó dos conciertos:
3 y 17 de noviembre de 1984
3 y 17 de noviembre de 1984
La primera fecha tuvo como estelar
a la agrupación
Delpueblo y la segunda a Leusemia
Delpueblo y la segunda a Leusemia
Escribe: Óscar Malca
Diario La República
Sábado 10 de noviembre de 1984
Hace unas semanas, en un panel
donde se discutía sobre el movimiento vanguardista de los años sesenta en el
Perú, los ponentes coincidieron en lamentar la ausencia de rebeldía y espíritu
contestatario en los artistas jóvenes tras la gran revuelta que conmovió dicha
década. Como si las formas más rumiadas de la “contestación” y la “rebeldía” no
fueran hoy los toboganes que todo artista o escritor debe preocuparse para
resbalar al rosado parnaso del prestigio y el éxito comercial. A esta altura de
los ochenta estamos ya convencidos de que los movimientos gregarizantes, las
vanguardias y los manifiestos no son sino una empalagosa máscara del adefesiero
arribismo local, creo que hay muchísimas maneras de decir No y éstas no tiene
por qué exhibir su vinculación entre sí, ni ser la respuesta a un único y
generalizable malestar. A lo que habría de estar atentos es a esa proliferación
subterránea de identidades que afirman su diferencia respecto al establishment,
sin necesidad de darse el trabajo de oponérsele. Y en la que nadie pretende
alinearse tras un rótulo o etiqueta unificadora: más bien micro estrategias que
se encuentran y siguen su propia trayectoria, bandas que se comunican, colleras
que se conocen tirando piedras a la misma vitrina.
Este artículo trata de dos grupos
de jóvenes que están haciendo música tratando de retomar la fuerza expresiva y
herencia generacional que alimentó, y alimenta al mejor rock que haya salido
alguna vez de un altoparlante.
Durante el sesenta y el setenta
hubo muchas experiencias rockeras que intentaron arraigar en el país, sin
embargo, la escasa originalidad en sus composiciones, el agringamiento de sus
temas y el forzado inglés que usaban mermó la proyección de tales intentos.
El rock fue casi una experiencia de
público reducido y por lo tanto, con escasas posibilidades de que los músicos
se profesionalizaran y así pudieran dedicarse a tiempo completo a tocar y
componer (el casi es debido a que por supuesto existieron las excepciones de
rigor).
Es recién desde hace unos años que
se comienza a percibir los síntomas de un nuevo movimiento que se ha dado en
llamar la tercera edad del rock nacional.
Por ahí un intento de organización
de los propios músicos. AMUSI: Asociación de Músicos Integrados, que al cabo de
un par de conciertos en la ENBA (Escuela Nacional de Bellas Artes) se diluye
ante la falta de recursos y apoyo.
También por esos años ‘Cordillera
Negra’ va cambiando el ritmo de su música hasta convertirse en Delpueblo.
La génesis del grupo se relata en
una extensa crónica-reportaje que apareció en la revista Luznegra hace unos
meses. Basta decir que son de La Victoria, que su sonido ha sabido incorporar
instrumental andino y electrónico para presentar un registro sonoro amplio y de
cierta manera peligrosamente ecléctico, pero que ha sido administrado con
talento: el resultado es un rock donde la vitalidad, el humor y el vigor
rítmico se suman a la letra de sus temas, que trata del furor cotidiano de la
‘patota’ del barrio (Los ‘batracios’). La mariguana, la chicha helada, la
hembrita rica, el cabretilla – no el problema de la mujer o el ‘problema’ de la
homosexualidad como equívocamente se vio- el desgano de conseguir chamba, el
hueveo y la política como hecho absurdo son sus tópicos recurrentes. Los
músicos de Delpueblo tal vez no sean virtuosos ni su sonido todo lo limpio que
tendría que ser; pero sus canciones sí consiguen transmitir con alegría y
vitalidad el aroma, no perdón, el tufo agreste de la pista, la vereda y la
esquina limeña.
Los integrantes de Leuzemia (sic)
son más jóvenes y su propuesta musical es menos compleja pero no deja de ser
contundente. El grupo procede del Rímac –lo curioso es que cuenta con un hijo
de Leopoldo La Rosa, director de la OSN (Orquesta Sinfónica Nacional) entre sus
filas– y se inscribe en la corriente más dura que ha producido el rock en los
últimos años: el punk. Cantan sólo composiciones propias y en español. Sus
temas y la forma explosiva en que los ejecutan están cargados de agresividad y
violencia que lanzan al público con la oscura energía del escupitajo o el
vómito. Durante su última presentación desataron una descomunal gresca que hizo
que los cándidos organizadores del evento les cortaran el audio y terminaran
echándolos del escenario en medio de una lluvia de insultos y proyectiles.
No me interesa juzgar lo que dicen
en sus canciones o lo que expresan sus actitudes; y quizá es demasiado pronto
para adelantar mayores comentarios. Pero debo confesar personalmente que hace
mucho tiempo que no oía un ritmo cuyas ráfagas eléctricas de guitarra y
percusión tuvieran esa fuerza avasallante y primitiva que encumbran a los
grandes héroes malditos del rock contemporáneo.
A ambos los manes de ‘Ave Rock’, en
una loable iniciativa empresarial, les ha organizado su respectivo concierto en
un local de la cuadra 8 de la Av. Del Ejército y este sábado 10 en la noche le
toca a los punkis de abajo del puente. Si quieren escuchar ‘Diarrea’,
‘Fascistas en el billar de la avenida Mussolini’ u ‘Oirán nuestra voz’, no
dejen de asistir.
Fuente: Malca, Óscar. Leuzemia y Delpueblo. En: La República (10 de noviembre de 1984), p. 15.
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