Compartimos la reseña del primer concierto oficial de G3, uno de los grupos emblemáticos de música hardcore de Perú. Esta crónica publicada en el diario Marka narra lo que pasó aquella noche en el local Magia de Magdalena donde G-3 fue el primero en salir a escena y Leusemia (ya como trío) se encargó de cerrarlo, para pláceme de los nostálgicos.
Magia subterránea
El
día viernes dos de mayo, conmemorando el 120.° aniversario del combate de la
misma fecha, se realizó en el local de Magia, un concierto de Rock Subterráneo
con la participación de nuevos grupos. Ellos fueron Descontrol, Feudales, Eructo
Maldonado y el menos nuevo pero renovado grupo Leusemia.
El
concierto no contó con la publicidad adecuada, sin embargo pese a ello, se
llevó a cabo de una manera óptima. La asistencia del público –en su mayoría de
la zona “punk residencial” – fue admirable (por lo extravagante de sus ropas) y
colmó dicho local.
QUE ROMPAN EL TELÓN
En
la calle, a la espera de que se efectuara el espectáculo, se podía ver a todos
impacientes por entrar a ver a sus grupos preferidos y así liberar toda su
fuerza en aquel “bailecito” llamado pogo. Todo esto sucedía mientras la neblina
se apoderaba de la vía principal y que por momentos nos hacía encontrarnos en
un pequeño “Londres limeño”.
Luego
de unos contratiempos –natural en este tipo de eventos– se abrieron las puertas
y la gente penetró al recinto con una sola idea: joder.
LOS GRUPOS
El
primer ataque estuvo a cargo del trío G-3.
Muy compacto, fuerte y agresivo; su tendencia musical, el Hard-Core. Música
rapidísima, la cual no da tiempo de respirar y lo único que queda por hacer es
estirar brazos y piernas con fuerza hasta que impacte en algún rostro. Ah sí,
cómo no, muy bueno el trío.
Luego
vendría Resistencia, grupo del
Rímac, cuya música fue distinta a la que se escuchó durante todo el concierto;
más tranquila, a veces melodiosa y con marcada fuerza de parte del bajista
“Cachanga”, quien luego tendría algunos roces con cierto sector del público. En
síntesis, un grupo que para lo que quiere hacer le falta mucho.
La
gente estaba ansiosa de Hard-Core y lo pedía a gritos, mas los gritos que se
escuchaban parecían raros y era que los decían en inglés (?), eran mayoría,
pero mayoría equivocada…
Le
tocó el turno al grupo Descontrol,
cuyo cantante trataba de mover a la gente dando saltitos e incitando a la
violencia sana (golpes, golpes y golpes), logrando sólo que la gente lo
empezara a molestar. Sin embargo, la música hizo que el “pogo” estuviera
presente.
Subía
después Feudales, impactando en su
presentación, muy bien cuadrados y con bastante fuerza.
La
noche avanzaba y el siguiente grupo que trepó al escenario era Eructo Maldonado, quienes tuvieron una
serie de problemas técnicos, los cuales ocasionaron que la gente se
impacientara y produjera una pifiadera total. Por suerte se compuso la movida e
inmediatamente se dejaron escuchar los acordes del grupo, que una vez más
demostró sus cualidades musicales haciendo que la gente olvidara lo sucedido y
a la vez provocando una explosión de goce en los asistentes.
Termina
la presentación de Eructo y se dio paso al experimentado, recorrido y siempre
discutido Leusemia. Grupo que ha
renovado tanto su repertorio como su capacidad de convocatoria a una actividad
más productiva; grupo que con su sólida presencia genera movimiento tanto a
seguidores como a detractores.
Como
saben, el guitarrista y cantante, Daniel F., se ha separado del grupo por
razones que sólo él sabe y que nadie tiene el derecho de exigir que diga.
Simplemente ha salido y ya, sin embargo aquel acontecimiento se ha sentido
profundamente en lo que respecta a música y presencia.
La
actuación del grupo fue seguida con delirio por los asistentes, quienes miraban
a los tres integrantes como salidos de la tumba –y sólo atinaron a observarlos
y aplaudirlos. Alguien por allí decía con nostalgia… “Estos son los mismos, son
los mismos…”
Sin
embargo, la quietud del público no duró sino hasta aproximadamente la cuarta
canción, Rata sucia con la que siguieron los golpes y la algarabía de
encontrarse nuevamente con este grupo de tanta trascendencia en nuestro medio.
El
grupo se mostró serio y, sin hacerse problemas, disparó ocho a nueve temas, con
lo que cerró una noche rockera. El público salió satisfecho, los anfitriones
igualmente, y los grupos, ni hablar, hicieron magia.
El
rock, ni qué decirlo, es invencible.
FUENTE: Yndeseable. Magia subterránea. En: Asalto al Cielo (3), 11 de mayo de 1986, p. 13.
No hay comentarios :
Publicar un comentario