12 de septiembre de 2015

ENRIQUE VERÁSTEGUI. En los extramuros del mundo (1971)























PRIMER ENCUENTRO CON LEZAMA

Llevo un sol en mis bolsillos
pero ya no tengo nada en mí
no puedo soñar cantar pensar en cosas concretas
no puedo soñar cantar escribir ese poema para ti mi gatita
          arañándome el hombro
y mis vecinos me tienen controlado
me ven llegar como una peste
y hablan de mí
entre comillas soy el ocioso el paria el que llega tarde en la noche
y corro por estas calles de Lima
buscando recordando a Vivian
cayéndome en pedazos consumido por mí mismo y tu no hacías nada
          por mí, viejo Lezama, estás ya viejo, pero te guío por estos
          sitios
Vivian solía aparecer desnuda con sus enormes muslos de cedro
y mira acá esta foto: es Jericó devastada por el mal uso de los sebos,
          por la droga, las flores de plástico
y sal un poco de tus paginas, de esos aires, Lezama, sé que el asma es
          tu paraíso
pero comparando nuestros árboles, nuestra sana manera de tendernos
          en la yerba
yo habito más que el infierno
y debo caminar pudriéndome por quedar bien contigo mientras
          vamos paseando por Tacora
entre prostitutas y ladrones
que no logran robarnos nada porque nada tenemos pero tenemos
          hambre y comemos ciruelas
y corremos fugándonos sin cancelar la cuenta
y otra vez estamos en la plaza San Martín frente al caballo inmovilizado
          por las cámaras de los turistas
sin saber dónde ir ni qué ómnibus tomar
sin saber cómo ni cuándo apareciste en Lima sorpresivamente como
          esas pocas lluvias que llegan para lavamos de la duda
y ahora estamos contigo en el café Palermo
ahora ya puedo decir que tus palabras huelen a manzano y los
          manzanos son gente sencilla que ignora el uso de la palabra
          gente que ignora
el mal uso de la palabra
ahora sé que nada se perdió
y aprendí que el verso más claro está garabateado sobre la pared
          de los baños
y voy recitándolo con voz sonora en medio de la calle
mientras me alejo y llevo a Lezama prendido como un laurel sobre
          el ojal de mi camisa
          yo no quiero brillar con esa intensidad de aviso Phillips
                   yo tengo un brillo en las pupilas
tan claro como el verso más claro que ahora voy gritando por estas
          páginas sórdidas
y somos arrojados uno al lado de otro sobre esta gran ciudad caminan
          un par de iguanas
reptando y comiéndose la luna
                   uno más joven que el otro
uno más flaco y pálido y callado y con las alas cortadas por la
          rutina de estar continuamente dando batallas a la rutina
dando vueltas
                   y más vueltas encima de los cables
otra vez solo
sin nadie con quien cruzar unas palabras, una idea,
y los ojos están ardiéndote,
todo lo que miras es alcanzado por el fuego,
como en la hora del Juicio Final,
he llegado a mí después de haber gritado en las praderas porque
          todos huían de ti pero ya tu habías huido de todos
y el corazón te quema más que un buen vaso de brandy en el
          estómago
más que todos los fogones ardiendo juntos de noche sobre los campos,
el corazón es mi palabra y más que mi palabra soy yo ardiendo de
          noche sobre los corazones que aún no han conocido el
amor
y están desesperados gimiendo arrancándose los cabellos.






SEGUNDO ENCUENTRO CON LEZAMA O PEQUEÑA INTRODUCCIÓN A EN LOS MACETEROS DE LA SUCIEDAD

Otra vez perdido esta noche.
Temblando y con la mirada arrojada como uno de esos fantasmas
                roídos por un diente de luz
bebiendo embriagándome contigo en los cafetines de Huérfanos
                viejo corsario oculto detrás de los semáforos
son más de las doce y caminamos pisando este cielo
                               de golondrinas agitándose
entre lo que tú tratas de decirme
y lo que en realidad me dices
porque ya nada se agita más acá en el silencio
y nada huele más limpio que los sueños de una muchacha
                               desesperada
nada más limpio este verano esta vida esta precisa forma
                   de coger los guijarros de la madrugada
cuando ya sin amigos, sin mujer
                   voy caminando perdidamente atado
                            a los más raros principios
a la vida / a la vida / a la vida
y mi lengua se mueve nerviosamente como ramas frescas
                   agitadas por un golpe del viento.
¿Qué has hecho de tu vida? ¿qué hiciste con toda la riqueza
                            depositada en tus mejillas?
Muerte es un verso cuyas ramas se tuercen como un lago seco.
¿Muerte es un verso cuyas ramas se tuercen como un lago seco?

Más no podemos ya pensar en nuestra vida enlatada con ángeles
que revientan furiosamente como ese aire de mar, salado y fuerte,
aventándonos otra vez hacia nuestros propios remordimientos,
al centro de la noche, entre avisos luminosos que van rodando
como un camión de basuras embistiéndonos.
                               Tal vez si yo me alcanzara
como el cazador que derriba de un tiro millares de alondras
                en vuelo o en pleno vuelo
llegue por fin a descifrar el enigma de la muerte
                y entonces alondra
                               está herido de gravedad:
alondra deja entrever la maldita posibilidad del silencio
y cada vez más el mundo es un paladar reseco
                                      con la lengua y los sueños refregándose
                               en el aire,
con frío, a medianoche, el pecho desnudo como un campo
                de huesos y viñas salvajes,
con mi libreta de apuntes caminando entre desconocidos
                de ceras apagadas en los dedos,
pálida gente recostada contra la pared del silencio.







SALMO
Yo vi caminar por las calles de Lima a hombres y mujeres
carcomidos por la neurosis,
hombres y mujeres de cemento pegados al cemento aletargados
confundidos y riéndose de todo.
Yo vi sufrir a estas pobres gentes con el ruido de los claxons
sapos girasoles sarna asma avisos de neón
noticias de muerte por millares una visión en la Colmena
y cuántos, al momento, imaginaron el suicidio como una ventana
a los senos de la vida
y sin embargo continúan aferrándose entre
marejadas de Válium
y floreciendo en los maceteros de la desesperación.
Esto lo escribo para ti animal de mirada estrechísima.
Son años-tiempo de la generación psicótica,
hemos conocido todas las visiones de Kafka y Gregory Samsa
pasea con Omar recitando silbando fumando mariguana
junto al estanque en el parque de la Exposición – carne
alienada por la máquina y el poder de unos soles
que no alcanzan para leer Alcools de Apollinaire(1).
Recién ahora comprendo mañana reventaré como esos gatos
aplastados contra la yerba
y las cosas que ahora digo porque las digo ahora
en tiempos de Nixon – malísimos para la poesía
- corrupción de los que fueron elegidos como padres – gerentes
controlando el precio de los libros
de la carne y toda una escala de valores que utilizo
para limpiarme el culo.
Yo vi hombres y mujeres vistiendo ropas e ideas vacías
y la tristeza visitándolos en los manicomios.
Y vi también a muchos gritando por más fuego desde los auto-
buses(2)
   y entre tanto afuera
el mundo aún continúa siendo lavado por las lluvias,
por palabras como estás que son una fruta para la sed.
_________________
(1)              Unos soles de más o de menos son unos soles
de más o de menos en las arcas del espanto.
(2)              pero nadie tuvo una luz para aliviar la pesadilla
para aliviar el horror.






ARTAUD EN UN VERANO CALIENTE / ENERO
CIUDAD UNIVERSITARIA

8.30 en la C. U.
Ahora sólo tengo tiempo para gritar
en los mercados.
Para cinco horas de sueño.
Para deambular? en una lata de sardinas,
con mi eterna flacura,
como un escarabajo ahuyentado por la risa
y la alegría de este verano es un sol reluciente
recién acuñado por el Banco Central de Reserva.
8.30 en la C. U.
8.30 /8.30 /8.30 /8.30 /8.30
Voy a estallar







POEMA ESCRITO SOBRE UNA IMPRESIÓN CAUSADA POR DULLE GRIET – UNA PINTURA DE BRUEGHEL
Durante mil o dos mil años habité los mecanismos
de la locura
y he vagado entre yerbas y pintura, con mis recortes
de Catherine Deneuve
de Raquel Welch desnuda en los mercados,
junto a los tomates a las hortalizas
y en latas de conserva para los días de hastío.

Asistí a conciertos de Folk en esquinas solitarias
donde aún se ignora a la
incertidumbre y ofrecimos nuestras borracheras de estas
noches como lo más perdurable para ti
y para todos porque afuera
(bajo la lluvia)
los avisos luminosos continúan encendiéndose
como la soledad
a la entrada del Paraíso.

Por aquel entonces estos versos fueron peatones
y automóviles atascados
frente al parque Universitario en la avenida Abancay
y el policía de servicio
increpándome por no llevar mis documentos,
mi partida de defunción.
Debo pues lavarme en la jodienda
y cambiar todo este tiempo
huyendo de los mercaderes
y sus facturas de compra-venta
y esto por qué,
si finalmente con mis cabellos crecidos (tú me reconociste
en algún trazo de Giotto)
espanté a la tristeza y puedes mirar una vez más hacia
atrás sin el temor de la sal
del cambio de lengua
y mirare también mi rastro entre yerbas y pintura
de Brueghel
porque esta noche abriré tus sueños
con mi viejo abrelatas.







PARA MARÍA LUISA ROJAS DE PELÁEZ
MUERTA EL 21 DE AGOSTO DE 1969 EN CAÑETE
DONDE MORAN A LAS CINCO DE LA MAÑANA EN EL ESTANQUE LOS ÁNGELES DE JERICÓ

Ya puse estos versos como ramas de olivo sobre tu tumba oh mi
abuela y me tendrás aquí
para siempre – gritando, dando alaridos, llamándote, prosternado
a tus maneras,
levantándome, maldiciendo a pesar de las prohibiciones y de que no
debo hablar con locos
o pillar frutas en los mercados.

Estaré silencioso estos días como cuando hacia las 4 de la tarde
cogías tu alfombra
para continuar tejiéndola con yerbas y ángeles de Jericó y rojos y
verdes y dorados.
No fumaré ni saldré ahora a caminar con Mario hablando de Marx
de la victoria.
Llegué hasta la tumba donde duermes y duerme una parte de mis
años, de mi sueño
y permanezco como brasa bajo la lluvia o bajo el jazz de las discotecas
escuchando cantar a Odetta.
meciéndome como la brisa como un murmullo de mariposas sobre
mis rodillas,
sobre mi soledad.
Y no quiero estar solitario, no quiero ni puedo.
Tú viajas junto a mí a mi lado y soy la yerba por donde vas caminando
sin que se noten tus ojos y tu canto
-  en el patio deliro conversando con lo que eran tus pasos trazados
sobre la noche
como por la constelación de mis labios sobre la frialdad del vidrio
que daba a tu rostro en el ataúd.
y eso era todo o casi todo; yo volando por la ciudad con mis juguetes,
enardecido como un ángel, con mis palabras de ángel.
Vi cómo t despediste de mí por última vez aquel día de agosto
en Tigre cuando te trajeron a Lima a Neoplásicas y yo recién tanteaba
mi ingreso en la universidad que ahora desprecio.
Toda la mañana de aquel día viajé en ómnibus, sudando, abochornado,
desmayándome en los semáforos,
con una sensación de muerte en los labios, con el llanto.
Y eso era todo o casi todo, o nada.
Llegué hasta tu tumba cruzando amplios jardines – perdido entre
otras tumbas
y chocándome a cada instante con viejos conocidos de cabellos de
neón – amigos suicidas
- parientes parientes venidos a menos después de la lluvia – devorando
frutas y palabras extrañas en los manicomios,
en el fondo de cuartos que ya nadie recuerda.
Este es Jarry que retorna a tu álbum de recuerdos, a tu gusto;
cargado de soledad
y sin sentido, hablando de cosas ininteligibles, blasfemando
- recíbeme abuelita soy yo el más engreído.

Agitaste tu mano desde dentro del automóvil, tu último saludo
para mí – adiós al nieto que más querías
y a quien continuaste lavándole pañuelos y camisas aún cuando ya
te sentías enferma
a 28 días de tu muerte y mírame colgado en la percha en la sala
junto al estante de libros
entre la yerba y los ángeles de Jericó.
Hoy me levanté temprano y corrí a saludarte porque también toda
palabra es un parque de sueños
y aquí estoy para siempre a tu lado, como las ramas de olivo que
te puse ayer en la tumba.



  



DATZIBAO
De pronto perdí todo contacto contigo.
Ya no pude llegar al teléfono, recordar ese número y llegar a tu
      casa que no conocí.
Ya no pude volar sobre ti como todos los días a las tres de la tarde
      estas pobres alas no dieron más
y aquí me tienes ideando estas líneas que reflejan mis ojos cansados
      de ir caminando con la mente y las manos repletas de
      yerba.
Yo fui el primer sorprendido.
La extrañeza de ser dos aves hurgándose el pecho y corriendo uno
      detrás del otro entre las matas y bancas del parque.
y éramos arrojados fuera de nosotros mismos y por esto fue que
      conocí tu ciudad
y me apreté contra ti buscando desesperadamente encontrarme en
      tus ojos y amé todas tus cosas
y tu mirada angustiada y esa seriedad para responderme a ciertas
      preguntas y cuestiones que nos diferenciaron para
siempre de las personas nacidas antes de 1950
tu maravilloso instinto agresivo desarrollado contra los males del
      tiempo y portándote como en la más furiosa embestida
en la batalla por un lugar en el taxi que nos alejó miles de cuadras
      más cerca de la pasión de la vida
hoy miércoles y no otro día.
Porque ya es hora de ir poniendo las cosas en claro y más que nada
      empezar a ser uno mismo
un solo obstinado bloque de rabia.
tú por todo lo que para mí reflejabas lo más claro eres mi sopor
      antes de echarte a gritar por estos sitios malditos
aún después de haber transformado esa palabrita bestialmente lúcida
      en una flor obsesiva
que yo no quiero acariciar ni comprender el suicidio mi amiga es
      una espera maldita.
como puede ser aguantarnos un par de horas más en el parque en
      medio de un viento furioso que pugna por arrancar de
      raíz lo más nuestro de nosotros
y tú junto a mí convertida en mi aliento escuchándote aprendiendo
      de ti a la Molina no voy más esa canción negra arde en
      mi pecho, me aplasta, levanta, avienta a decir no contra
      todo.
Cada uno recuerda su primera caída.
Cada uno recuerda paso por paso los pasos que fue dando y los
      que no dio porque en uno mismo está el propio enemigo.
Y yo me levanto para luchar contra mí - y me tengo miedo.
Lo perfecto consiste en desabotonarnos el torso mientras vamos
salvajemente penetrando en esta selva de arenas movedizas
y tu vida o mi vida no ruedan como esas naranjas plásticas que
     eludimos porque tú y yo somos carne
y nada más que un fuego incendiando este verano.
La vida se abre como un sexo caliente bajo el roce de dedos reven-
     tando millares de hojas tiernas y húmedas,
y no dijimos nada pero exigíamos a gritos destruir la ciudad, esta
     ciudad ese monstruo sombrío escapado de la mitología
devorador de sueños.
Y el musgo creció como un verso clarísimo en tus ojos.
Tú querías leer mis poemas aferrarte a ese instante de dulzura donde
     jamás hubo límites entre uno y otro ser
y fuiste sólo una muchacha que pasó por mis ojos silenciosamente
     pegada a mí a mi secreta manera de enredarme en las
     cosas de explicar un mundo indeciso sembrado con
 piedras
yo que creí que nada era nada en cualquier lugar de este mundo
y de pronto me di con tus sueños como con un golpe de mar sobre el
     rostro
y luego adiós porque todo y nada puede explicarse en el amor y
     porque todo y nada se explica en nosotros y con nosotros.







SI TE QUEDAS EN MI PAÍS

En mi país la poesía ladra       
suda orina tiene sucias las axilas.      
La poesía frecuenta los burdeles      
escribe cantos silba danza mientras se mira         
ociosamente en la toilette       
y ha conocido el sabor dulzón del amor    
en los parquecitos de crepé    
bajo la luna
de los mostradores.       
Pero en mi país hay quienes hablan con su botella de vino    
sobre la pared azulada.  
Y la poesía rueda contigo de la mano        
por estos mismos lugares que no son los lugares
para filmar una canción destrozada. 
Y por la poesía en mi país      
si no hablaste como esto        
te obligan a salir  
en mi país  
no hay donde ir   
pero tienes que ir saliendo     
como el acné en el cascarón rosado. 
Y esto te urge más que una palabra perfecta.      
En mi país la poesía te habla  
como un labio inquietante al oído   
te aleja de tu cuna culeca        
te filma tu paisaje de Herodes
y la brisa remece tus sueños    
–la brisa helada de un ventilador.    
Porque una lengua hablará por tu lengua. 
Y otra mano guiará a tu mano
si te quedas en mi país.







BREVE ESTUDIO DE JORGE MANRIQUE
Cabalga
o recita en invierno:
S. XV.

Jorge Manrique enséñame
cómo limpiar estos versos.

Desde tu tiempo vengo / J. Manrique:
te comprendo. Aragón y Castilla unifican sus reinos y así
quedan van quedando y quedándose con el oro del Coricancha.

Cierta vez leí de Maquiavelo que el fin justificaba
los medios y me digo / Jorge Manrique, recita o cabalga en tiempo
de transición y locura: Colón viaja
o habla con los santos sabios doctores de la Ley.
(Decreto Ley 17437 de represión estudiantil.)
Y Colón es un mochilero llegando a la Rábida
y nadie sabe de él todavía: oscuro rumiador de sal
marinero de tierra (desconocida isla) hasta 1492.
Y así todo iba estabilizándose.
así los versos como la economía.

Flores
de tu corazón crecen
intactas.

Y todo lo que fue
es todavía
Sobre el tema del tiempo en J. Manrique
constituyo mis apuntes y todo como una lumbre aquí: un fresco
campo de cuerpos y muslos y senos
en fuentes y parques y con tus apuntes
aún puedes hallar alguna verdad
como un busquío de frutas
este Colón cimarrón un mataperro en línea de fuego.
Y las verdades fluyen.
         Tocas
un corazón de la luz, poeta,
tan jodido,
se te escabullen los demonios,
persíguelos: un verso
como un patíbulo.

Qué filosofía más honda habría nutrido
los sesos, del poeta, no vaciles en tu camino
no lo hagas / Egipto o Áfirca no interesa.
Sabía de conocimientos transportados
a lomo de bestia desde china por marco polo junto con las sedas
con la pólvora. Confucio dice
como yo después de un par de cervezas todos sentencian dos más
y seguimos bebiendo y borracho alguien nombra a los hijos de puta
que gustan de la poesía y a la mierda Tomás de Aquino
y a la mierda todo el mundo Aristóteles o Platón
y a la mierda la historia de la mierda
y dime, recitas ya a Li Po?

“daremos lo no venido / por pasado”

Un tiempo cíclico / futuro por pasado
y por una mandarina tú ves una flor que luego
es la mandarina que verás y Russell dijo
“Formemos el conjunto de todas las circunstancias
contemporáneas de una circunstancia determinada; en ciertos casos
el conjunto precede a sí mismo” y
entonces vuelvo otra vez a repetir pero marchad por todos
los caminos, descubrir atajos, inventad el que es más
cerca.
“cualquiera tiempo pasado
fue mejor” pero el pasado es un presente
o un futuro que pasó
y es cierta luz que rueda
en tu memoria.

“Nuestras vidas son los ríos / que van a dar a la mar” dijo
cierta mañana Manrique frente a la costa amarga y dijo
Jack Kerouac y Anniek Berquin caminaba y otras muchachas
y muchachos cantaban en la ruta ilegible
y cantaban frente a la costa amarga
y Manrique alabó las aguas del futuro
Manrique te habló con un ojo preciso:
un tiempo cíclico / pasado por futuro
y en Lima he vuelto a recordar estos versos
“aunque en la vida murió / nos dejó harto consuelo / su memoria”
y yo los aprendí para sacar mi 12 en el examen final
para aprobar el examen final
                                      que es la vida
que es la muerte
donde te encuentres cantando bajo el fresco rocío
con aquel librito de Marx o Feuerbach
quitándome la borrachera.







EN EL VIEJO LIBRO DE LOS CUENTOS DE HADAS
Volviste a mostrarte como cuando tenías 18 años.
Entonces querías tocar a la pureza como esas doncellas
que vos veías maquillarse en los programas de TV
o en las imágenes desnudas de los calendarios.
Y vos estabas paseando como Julieta en brazos de Romeo
         por las esquinas del colegio secundario.
Cantabas sonreías con tus-cosas-de-mujer-evitando-dar-el
         mal-paso y el amor
como una dalia recién bordada en la pretina.
Pero tú continuabas sorbiendo bebiendo habitando tu
                paisaje delicioso del viejo libro de los cuentos de hadas
y nada veías más allá de lo que son las mil y una noches
"purpúreas rosas sobre Galatea / la alba entre lirios
cándidos deshoja:" y fluían serenamente
                                      en tu sueño las aguas del encanto:
la realidad contrapuesta a tu manera de ver
                            esa misma realidad: pantalla donde los hechos
iban tergiversándose enredándose perdiéndose
como una barca en la tormenta
y la bruma de estos años no hizo más cosa que corroer tu mirada
y a los 20 conseguiste trabajo y un hijo
y otro hijo y lavaste pañales
y diariamente de 6 a 9 p.m. recibías entregabas libros
                   guiabas lectores por la Biblioteca / guerras
cataclismos / temblores / peligro nuclear:
eso fue el inicio del tiempo más sanguinario 1960-1970: madre
soltera abandonada pateada
y el encanto desintegrándose
como una bombarda de fuegos artificiales en tu cielo.
Y esto es la realidad - una verdad insertada como una flor
sobre la calentura de tus senos.
El tiempo la raíz del tiempo fue hartándose.
"Huye la Ninfa bella... / a Polifemo, horror de aquella sierra."
Diez años con la misma cosa con el mismo sonsonete
                   de no ir para ninguna parte
                            y los hijos van creciendo
                                      pero el sueldo ya no crece
y quieres venirte a Lima y trabajar en lo que sea
a Lima a Cartago a Gomorra a Babilonia a Roma
"Oh mundo!, pues que nos matas"
estás solita aquí frente a mí hablándome de esto
                   y de todo
hablando hablando a este muchacho "que ya soy otro segundo /
                            Lazarillo de Tormes en Castilla" en Esparta
y ya no puede hacer nada por ti
solo entregarte mi gran soledad y estos panfletos rebeldes
y mi pecho desnudo ahora que lloras
                   y es lo más puro que hago por ti
                                      y te dije me voy me alejo
en busca de mi Yo integral
                            con mi mochila cargada con furor y con versos
porque los libros siempre hasta ahora han hablado
                   cosas buenas y hermosas de la vida - y la vida
                            no es los libros
la vida brota lejos de los libros.
Ya no interesa pues que una verdad sea dulce o amarga.
En estos tiempos toda verdad es necesaria.
Ahora ya sabes que no eres Alicia en el País de las Maravillas
                   sino Marta azotada por luces de neón
                            traiciones horario de trabajo.
Marta temblando gritando bebiendo calmantes
perdida en estas cavernas de Altamira.







PARA QUE ESTO NO SEA UN HATO DE PALABRAS APILADAS COMO YERBA ENCIMA DEL PAPEL

Para que esto no sea un hato de palabras
apiladas como yerba encima del papel
                   y sin más realidad que todo - esa virtud
de fuego y otros poderes como decir amor
                   porque para mí que no conozco sino rostros
pálidos como la lluvia,
                   en esta ciudad de trapo, en la ciudad de
las antenas de TV, la cuestión del amor
                   no es sino el problema de la mujer materia
soledad indispuesta resistiéndose todavía contra el asedio
                   de mis manos - trotando girando como esos
discos con la voz de Satchmo que aún hoy vemos por allí
                   en alguna librería de reventa de sueños,
de flores usadas.
Para que esto penetre como yo dentro de ti
                   y después de tantas palabras de amor que
íbamos apilando sobre los graneros de la rutina
                   una a una después de tanta mortandad de
la contradicción y esto es el quid
                   a todo asunto entre golondrinas que más
bien odiamos porque son tentáculos de miedo
                   cómo obligarte a abrir las piernas antes
de que un patrullero pase descubriéndonos
                   agazapados tirados sobre la yerba del parque
Neptuno y el amor eres tú oh mi gatita
                   esperándome desnuda con una fruta sobre
las rodillas. Y lo que hicimos
                   o dejamos de hacer pesará ahora más que
toda nuestra vida porque esto, el aire, la niebla,
                   la inexplicable emoción de estarnos así
angustiados, pesará tanto que no podremos saciarnos
                   y el temor de que te quedes embarazada los
estudios el trabajo eres franca
                   no te gusta que utilice condones para el
coito o el amor consiste en eso
                   en el acto de rociar con sal tus senos o
cuando estás abriéndote dando muestras saludables
                   de una mayor destreza y así estoy atenazado
entre tus muslos y no queda ya tiempo
                   para seguir hablando de estrellas y este
cielo no lo cruzan más gorriones sino las sirenas de la
                   patrulla persiguiéndonos hacia el oeste hacia
la rabia y esa manera muy tuya de hacerlo
                   de rozarnos saltando de un lado para otro
como dos gatos que no pueden concluir el espasmo
                   - cuervo que está dando vueltas en círculos
concéntricos que se lanza para adueñarse
                   del desmayo hacia donde para el diccionario sólo
era una definición y ahora forcejeando
                   acariciándonos para que esto arda dentro de ti
porque el rigor de las palabras como un golpe certero
                   sigue naufragando en mar de tinieblas porque
el rigor como los mares viene prendido sobre el aullido
                   de la realidad que diariamente cercenamos que
diariamente cuando al más leve descuido nos cercena
                   y entonces a qué salud o mar retornarán nuestros
hijos o si luego habrán de escoger como sus padres
                   el camino de la soledad la angustia porque la
realidad que diariamente cercenamos
                   de un solo tajo del linde entre la podredumbre
y sus cataratas de frío y el rigor de las palabras
                   como un golpe certero se da furiosamente en el
hecho de consumar en la voz de Satchmo que ahora
                   estamos escuchando.







POEMA ESCRITO SOBRE UNA IMPRESIÓN CAUSADA POR "EL REMOLINO DE LOS AMANTES" - UNA PINTURA DE WILLIAM BLAKE


I. A ti te gusta la poesía
Nada más claro en estos días como esas palabras
                               con sabor a yerba fresca que tú y yo,
                por detenernos delante del mar
                               en Barranco
deseé apoderarme de ti o mejor, toqué tus cabellos,
                esa soledad maldita en la que estuvimos
metidos antes y después de noviembre.

Esta vida no es lo que es ni lo fue y ahora mismo,
         con todo lo dura que es para mí,
                               un ángel volando a ninguna parte
en el centro del gran enredo en que todos,
                algunas veces,
cuando equivocamos la página,
                volvemos a caer en lo mismo: un sandwich
                               barato higos secos
                                               y Mozart es apenas
                una sonata que ningún aprendiz
estudiante de piano puede limpiar sobre las teclas
                               como antes o siempre
                alcanzamos a gustar de este idioma perdido:
                                               sinrazón
que aparece como el día y la noche
                porque en nuestra lengua el sueño
aún no tiene nombre ni forma ni punto de partida.

Hoy es un día más de todos los que hasta ahora hemos
conocido - hoy es el día
o sencillamente una palabra ha reventado en nuestra
mente
fugándose lejos de la esfera de acción de estas líneas,
de este deseo.
Te queda muy hermosa esa cabellera - te lo dije una vez
y te lo vuelvo a repetir.
                               Recuérdalo, estoy en ti en tu manera
                de arrancar los geranios más tiernos
esta primavera mientras todo,
                el viento, la angustia, rompían tu serenidad
                                               y no éramos
sino restos del naufragio de estos días,
                   un rastro solitario en la playa.

A ti te gusta la poesía
                   pero no tanto como un pastel de fresa.
                                               Esa poesía
hecha a la exacta medida de un brassier
que pueda resistir a tus senos.
                ¡Cúbrete, está lloviendo fuerte aquí!
A ti te gusta la poesía y ya no hay pastel de fresa.



II: Desarrollo del amor
Somos apenas un par de animales solitarios.
                                Tú trabajaste rompiéndote la dicha
durante algo así como ocho meses
                en esa casa de peste que llaman casa de la cultura
y ningún falo, intenso
                como una pintura de Marc Chagall,
                               llegó trayéndote noticias saludables
                hasta hoy en que estos versos
son para ti una gran fornicada. Esto es llamado, desarrollo
                               del amor
en condiciones de existencia más o menos difíciles.
¡Cúbrete, está lloviendo fuerte aquí!
La alienación y otros monstruos de este pequeño país
                del Tercer Mundo opaco como esas monedas
                               del Siglo XVIII
que hallamos enterradas en la playa - y la Santa
                Inquisición condenó esa luz
                                      que nunca a nadie te atreviste a mostrar
por lo mismo que eras como una fruta
                                      muchacha de mirada espantada.

No poseemos nada sino nuestro propio esfuerzo
                de hacerlo todo
                               y por hacerlo bien maullando
como los gatos sobre el tejado
                               ahora hemos cometido alguna barbaridad
que tampoco a nadie puede ni debe interesar
                sino para continuar más allá de otra página,
de otra soledad.

Ni tú ni yo creemos ya en las formas
                               amables del poema / Habitamos el infierno.
En eso estamos claros.
                Habitamos el infierno.



III: Te excitan estas cosas

Lo demás no solo es cuestión
                               de que estés o no trabajando
                como una yegua en su época de celo.
Podemos estar caminando por Barranco,
                                               tener ese conocimiento
roído por los años que van disponiéndonos al descanso,
                a las arrugas - y en unas cuantas líneas
tratamos de resumir nuestra vida,
                realizar con estas palabras
                               que fueron
(alguna vez)
cangrejos que no iban a ninguna parte
                               mientras éramos tallados
                en la roca viva - arcángeles
mirándose sombríamente desde lejos, detrás de la noche.

Ahora puedes escucharme aquí, doblada sobre la arena.
                               Lo importante
es realizar en estos días nuestro sueño.

En realidad ya la poesía (lo he visto,
                               hemos podido comprobarlo esta noche
mientras Blake era un nombre misterioso
en nuestros labios)
recién comienza a agitarse con nuestra admiración por Séndic
                Black Panther
                Marighela
                por ese Che permanente que tanto tú como yo
                               deseamos ser
para ser o hacer de esta vida algo más que una vida
y a ti casi siempre te excitan estas cosas
                               más que tus preferencias por Pound
o los pasteles de fresa.
Pudimos entonces romper nuestra imaginación
con esta realidad de la hoguera.

La realidad proviene del roce entre la luz contra
                               los sueños pero aún así,
a pesar de todo estoy deseándote desnuda
                como una Venus de bronce que en nada se distinguía
de la exacta belleza de tus senos.

                               Pound es un tomito de poemas,
                demasiado costoso para nuestros pálidos bolsillos.
Me contentaré con ir a visitarlo diariamente a las bibliotecas.


















II





UNA CITA CON SONJA/ EN LOS EXTRAMUROS DEL MUNDO

Estoy siendo lavado en los maceteros de la suciedad.
Hace mucho deseo poner todo en su sitio y largarme de aquí
- para siempre.
Y pintar y cantar mi verdad - fresca y mojada.
Yo te construyo, con mis palabras, te doy los ojos, te doy la voz,
te doy un poder tan fresco en el poder de soñar despierta
mientras vienes envuelta en un manto de hojas
vivas, tú lavada entre mis brazos,
ya te alejas como una palabra mal tecleada o pronunciada,
como un murmullo,
entre las voces: un lapsus en el concierto de Joan Báez.
Y ya nada me pertenece que no sea el poder de llevarte dentro de mí
y lo que bien o mal no quiero.
Ya nada me pertenece ni me retiene como un colibrí
en los pétalos de la muerte.
Y morir es alcanzar 10 mil indulgencias (S/.) en el centro
de la sociedad opresiva: American Way of Life.
Y me gritaron salvaje por no saber caminar en parquet.
Porque yo soy más salvaje de lo que pude parecer.
Y más libre. Y más limpio. 
Y pienso esculpir una gota de lluvia.
Y pintar un cuadro con un árbol lleno de fuego
con ese ramaje tan parecido a mí cuando es otoño
y salgo de noche a caminar por allí con bruma
y con la lluvia lavándome el alma.
Son más de las doce - y todo está solitario.
Grito, llamo, me desgarro.   Pero nadie acude a mi lado.
Nadie posee ese don de ser para mí una tinaja con agua de lluvia:
una tinaja de palabras que estallen
como una molotov en los muslos de la poesía.
Esta es la hora de los más grandes deseos.
Y hora de los ratones saliendo desnudos a morder naranjas violetas
entre los sótanos más cochinos de la belleza.
Y pienso en ti mi querida Sonja en tus labios que muerden
canciones barrocas del Siglo XII
porque mis dedos solo han aprendido a tocar
como una sonata
tus senos pequeños
mientras continúas leyéndo "Túpac Amaru, Amarup Churin, Apu
Salqantaypa...."
y yo te escucho aquí sentado abrazándote junto al árbol
bajo la luz de un poste en el jirón Cuzco
parecemos un par de locos gritando en medio de la noche
en la hora de las más graves verdades:
tú y yo Sonja y Enrique son un buen ángel que vuela
llevando escondido en la mirada
un paraíso de horror hermosura lucidez
y pinchados de miedo cruzando una y otra vez los campos
Porqué y el Paraqué y el Conqué y el Dequé
volteando sobre esta memoria estirada sobre una porción de jalea
y pasando por Lampa como por una boca
oscurísima en Azángaro o Camaná y Colmena
con toda la mierda sintetizada en sus calles
con Hamlet caminando entre delirios y sombras
y el callado estudiante -admirador de Marcuse
y Laurita y Sofía y Susana y Rosina y también tú caminabas
con mucha premura y con la vista alta o baja como una
marea que sube y que baja huyendo de qué
y para qué en tu casa rodabas como este planeta sobre las autopistas
del universo y yo te conduje a mi cuarto barato
entre hongos y pinturas y visiones de neurosis
y Boch con sus pinceles en vuelo
y Chopin en brazos de la Sand
enloquecidos con el estremecimiento de la noche
y conocí a Dante - de lejos yo lo veía
conocí a Shakespeare
- los almacenes Shakespeare S. A.
y vi a Sade y a Sade y a Li Po o Li Taipo
y estuve con Leoncio y Carlos y Peña celebrando 100 años
de Lautreámont - una kola fue suficiente
y un solo vaso - una sola palabra
pero nunca fue suficiente lo que tuvimos a la
mano y junto a mí detrás del lenguaje ardía como una flor sobre
la arena nuestra sensibilidad extraviada
entre estos lugares de porquería sucios ya por el continuo rozar
nuestro en el polvo nuclear bajo el instante
lluvioso anduvimos como Inkarri en lo hondo del ojo
- ojo que araña
trotando de aquí para allá entre Colmena y esas calles oscuras
con sus cafés y sus animales de espanto
y porque como lo hemos leído al empezar el primer canto "a mitad
del viaje de nuestra vida, me encontré en una selva oscura”
como tantos de nosotros
yo por ejemplo que ahora estoy recurriendo a hablarte de esto
148 Km. al sur de tus ojos
cuando ya nada importa más como nosotros mismos
que somos a última hora el reflejo de un universo más vasto.
Y esto es (más que un atado de versos)
la asunción perfecta de tu cuerpo lleno de naves
y oleajes más frescos que luz
de pergaminos forjados el tres mil a. de J.C.
y hallados 20 siglos después
cierta noche parecida a ésta en el cauce
de un río amargo.
Esto es como el amor todo y nada a la vez:
una batalla entre tu alma y la mía
y en la que indefectiblemente salimos siempre perdiendo
y con el alma más limpia como un rostro
recién mojado en las tormentas de seguir perdidos
en un alfabeto extraño en las tribus secretas del Oriente.
Pero estás tú - vivita y coleando.  (Y culeando.)
Y estamos todos en la misma brega con el corazón
como un mar furioso a las 4 de la mañana
y con el mismo vigor
y los sueños que ahora están ampliándose
como un murciélago con alas de berenjena:
esta imagen breve e intensa de la vida
y trasponiendo la noche irreal
en la bella noche de la poesía.
Porque esto es lo real.
Lo único real que ha ido quedando en nosotros.
Y lo que hemos podido rescatar
a ese inmenso naufragio de nuestra civilización:
tu sexo riquísimo.
Y el furor de tus mejillas: conciencia era esa yerba
que ahora hemos cogido para lavarnos de la neurosis
- la angustia - ángeles de yeso arrebatándonos los ojos
y prendidos del aire cayéndonos en despeñaderos
con flor de furia
y tú más pálida que una tarde con bruma en María Angola
porque somos y huimos perseguidos
más acá o más allá
de nuestra furiosa manera de vivir o decidir
qué vamos a soñar o construir en los territorios de la poesía:
Icarus navegando como un ogro en un mar de Esperanto
y con tu nombre: Sonja echada contra mí.
Sonja en una canción de agosto.
Sonja cántaro de barro. Sonja cántaro.
Sonja y yo sobre esta vida con la voz y los sueños deshechos por el
miedo.
Sonja arrojándome del lecho / apestando / desnuda.
Dos mil años la rompieron.
Dos mil lenguas como una soga ardiente enervándose alrededor
del cuello.
No me hagas daño / te odio. 
Sonja. Sonja. Metiéndome en sus piernas.
Soy la serpiente mordiendo los sesos de la muerte
y muerdes manzanas de fuego en la noche cuando nada nos salva
ni nada te salva. Porque aún.
escribes con tintura de sauce sobre papiro
como cuando creciste cubierta
de arroz / de poesía
con los espasmos de Lesbos
mientras bebíamos guinda
y nada hacía deslumbrar nuestro destino.
Llegué un poco antes de las 10 p.m.: tú ya te habías desnudado
y dormías como una cicatriz sobre mi hombro.
Sonja. Sonja. No soy otro ni nadie.
Yo soy el que no quiso ser lo que ahora o nunca
pudo dejar de haber sido un furioso lucero
trasponiendo los límites
entre la noche y la poesía. Quiéreme / te amo
- no podía haber escrito otro verso
ni un algo parecido a la sensación de encender
nuestra bella costumbre ni la alegre frescura
de no caer absorbidos en los terrenos eriazos.
Yo adoré tus cabellos mojados como una hoja de olmo después
de la lluvia.
Oh sí yo sí adoré tus palabras de estambre
y tu palabra precisa en tu boca dorada.
Yo adoré ese lecho de versos y hojas y vientos
que nacían o venían contigo
como un ángel descendiendo a estos versos
en la tarde cuando tu encendías
frutos de oro
lamiéndome el falo y lamiendo la rueda de los espasmos
porque el estío era luz y era flor
y la flor esa luz que embellece
la terrible soledad en los mundos del Boch.
Y la memoria se abre el silencio la luz los frutos
y a la larga estamos
otra vez empezando porque toda muerte
pare una vida y tú pariste otra muerte
o una vida que es como dormir sobre algún párpado de la muerte
y vas caminando toda vestida de negro
corriendo corriendo con un sudor en tu frente
con fiebre y las mejillas pálidas
como un remolino tragándose a la vida
ssscrrr - sscrrr - cantó el pájaro del deseo.
ssscrrr - ssscrrr - ssscrrr.
¿Muerte es un verso cuyas ramas se tuercen como un lago seco?
Y estamos otra vez aquí sobre la noche
mirándonos y no mirando a otra parte que no sea
a ese fantasma salido de tu promesa de lavar
con fiebre esos trozos resecos de la sangre
del que se alejó cantando como Juan en el desierto.
Y sin embargo ¿quién brotará más cerca de la vida
de un tiro en la sien frente al espejo o colgando de un semáforo
como de sus propios presentimientos? ¿ha llegado mi hora?
¿es ésta tu hora? ¿tu hora? ¿tu hora? ¿la hora?
¿What time is it?
Y también tú bellísima Sonja intentabas hallar tu identidad
por el suicidio: feb./71.
Y yo leí tus viejos cuadernos de poemas.
yo leí tu poemita de la soledad con zapatos
- escrito cuando cumpliste los 12 años.
Y hemos caminado mucho entre estos semáforos violetas
- y ya no puedo contener mi furiosa belleza.
Sonja. Sonja. Cántaro de barro.
El amor crecía como un grito con olas de laurel
sobre este lecho cubierto con tu poesía.
Y el amor la lucidez la entrega el vigor: eran el Himno
que entonamos con nuestros labios frescos.
Y el amor la lucidez la entrega el vigor: son nuestra señal
`                           en los días de guerra.
Y nada de lo heredado por la sangre pudo resistir a la belleza.
Y nada ha podido alejarnos de la frescura de un pensamiento
espléndido.
Y ya no puedo contener mi furiosa belleza.
Todavía espero esa tabla con diablos e inválidos pintados
como una gacela sobre el cielo de Lima:
una luz sobre otra es la seña:
una luz en el rostro: señal de este siglo.
Y nadie más sino tú y yo esperamos coger la revelación
en su más libidinoso y secreto esplendor.
Fuimos conducidos al patíbulo
Y degollados sobre una bandeja de plata en las cortes de Herodes.
Cortes de casimir.
Cortes marciales: II zona judicial de policía en Perú
para los que crearon belleza creando molotovs
y creando revueltas entre los jóvenes.
Y somos pateados vejados jodidos.
Y el que transita a mi lado voltea el rostro
y escupe y siente asco y vergüenza de mí.
¡Estupendo! ¡Estupendo! “Los perros ladran,
señal de que avanzamos Sancho"
Porque ya no puedo contener mi furiosa belleza.
Y ya no puedo seguir como un verso que huye de la memoria.
Y cada noche al regresar a nuestras páginas
  a nuestra soledad
nos cuestionamos / nos lavamos
y pensamos y vemos que ya este acto furioso
de aprisionar a la tormenta
y caminar libremente por el espacio abierto
en el espacio de unas líneas
es una victoria que no todos saborean.
Y entonces tuvimos que andar buscando nuestra propia
y amarga manera de entender estas cosas:
una lenta y amarga experiencia: hermosa como un ave silvestre.






























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