Anverso y reverso de volante "Fosa Común",
editado por Macho Cabrío (enero de 1985)
Archivo documental de Herbert Rodríguez
editado por Macho Cabrío (enero de 1985)
Archivo documental de Herbert Rodríguez
Dentro de lo que fue el rock subterráneo, los
fanzines tuvieron un rol importante como medio
de información de las actividades de grupos nacionales y extranjeros; y como medio de expresión de quienes lo editaban. La prensa subterránea fue muy
activa en los ochenta influenciada por el “hazlo tú mismo” del punk y la
aplicación de técnicas artísticas como el collage. Publicaciones como Subterok, Kólera o
Alternativa presentaban en sus páginas manifiestos, reseñas, letras canciones y entrevistas sobre
lo que iba sucediendo en Lima, convirtiéndose en material de primera fuente
para comprender este capítulo en la historia del rock en el Perú.
Archivo hemerográfico de ANTENA HORRÍSONA
EL SUCIO ARTE DE
LA FOTOCOPIA
Fanzines,
pasquines y maquetas
A veces,
paradójicamente, la fotocopia puede variar sus propias condiciones técnicas y
hacer de la copia una obra original. Y permite también, como veremos en esta
nota, despertares artísticos y posibilidades de edición incalculables.
A
medida que el ideal de progreso ha sido encarnado en la sociedad contemporánea,
los emblemas más destacados de aquel, la ciencia y la tecnología, han empezado
a desacreditarse con cierta velocidad. Sin embargo, todavía –y por mucho tiempo
sin duda– son capaces de ejercer un poder de seducción con amplio registro.
Pasemos
por ejemplo en el cómodo artilugio del fotocopiado: el tiempo que deja a
nuestra disposición es más contundente que cualquier argumentación
antimaquinista.
Así,
estudiantes faltones pueden completar apuntes, o, eventualmente, poner a su
alcance costosos libros de texto; abogados y escribanos, alimentar legajos
voluminosos; diseñadores gráficos y publicistas, reemplazar los sofisticados
alfabetos y símbolos transferibles; y en fin, simples mortales, facilitar los
trámites y papeleos que inevitablemente deben padecer.
Pero
este moderno procedimiento mágico no consiste solamente en un fácil y trivial
ejemplo de la fotografía o de su más inmediata conquista: el retrato. El proceso de fotocopiado
también permite alterar sus propias condiciones técnicas, intervenir en la
reproducción con un fin expiatorio: hacer de la copia una obra original.
VOLUNTAD DE ARTE
Ya
en los sesentas el escándalo artístico de la temporada, el pop art, enlazando arte y sociología, adelantó algunas experiencias
de lo que hoy se conoce como copy art
o electrografía. El pop había encontrado en la técnica del fotocopiado una
manera de proponer al público espectador su participación activa.
Y
es que, además de violar el principio de unicidad de la obra artística, el
fotocopiado permite a cualquier usuario apoderarse de un instrumento de simple
realización, hace posible un proceso de selección artificial de aquellas
imágenes que escoge como presas, en un sentido reduce la importancia de la
destreza manual; convierte a cada consumidor de imágenes –todos lo somos– en un posible productor, pues manipula
elementos visuales acabados, completos en sí mismos. Los aísla de su entorno e
impone uno nuevo. Liquida su sentido original, y si bien no se apropia de su
alma, produce una reacción química destinada a inventarla. No es importante,
pues, si los elementos que toma de la realidad visual son disímiles o incluso
contradictorios: obras depuradas próximas a las artes plásticas y productos
gráficos de desecho como titulares de periódicos, etc., pueden ocupar armoniosamente
un mismo espacio.
QUÍMICA DE LA IMAGEN
Y
por cierto no son estrechos dichos límites. La variedad de modos que hacen
posible participar de esta innatural (re)producción van desde la manipulación
del soporte gráfico: uso de papeles de distinto color, calidad y condición
(arrugado, estriado, etc.) hasta la intervención en el proceso técnico, pasando
por el uso misceláneo del producto obtenido: collages con objetos, fotos o dibujos originales.
Cuatro
son los puntos vulnerables que permiten regular el mecanismo de los pequeños
artefactos; de las fotocopiadoras, digo: la toma directa que también puede
incluir algunos objetos como corbatas, llaves y otros; la pintura al dedo o la
manipulación antes de fijarse el pigmento; el bouge o deformación por movimiento; y la degeneración, esto es, el
deterioro de la imagen por sucesivas copias hasta convertirse en puntos o
líneas. Pequeño y poderoso arsenal al que naturalmente habría que agregar las
diversas combinaciones posibles y la utilización del oneroso color.
LA BANDA DE LA FOTOCOPIA
Pero
si en Europa y Estados Unidos la electrografía, a la que hay un mayor y mejor
acceso, al ritmo del desarrollo tecnológico ha acentuado sus preocupaciones
estéticas, aquí en el Perú, donde desde hace algunos años han venido
apareciendo algunas expresiones de esta naturaleza, el énfasis ha sido puesto
en el aspecto comunicativo bajo la forma de collages.
Inicialmente
vinculada a ensayos de Herbert Rodríguez y otros pintores, quienes utilizaron
esta técnica para la confección de catálogos de sus muestras; posteriormente
fue utilizada en sueltos del mismo Rodríguez (FOSA COMÚN, El Comercio,
de arte, ciencia y sociedad, entre otros), en FE DE RATAS y en fanzines
y tapas de maquetas producidos por la grita del rock subterráneo limeño, con
resultados vigorosos pero desiguales.
Asentada
principalmente en una funcionalidad episódica y contingente, lo que no
significa ausencia de valores estéticos e ideológicos necesariamente, combina
las imágenes gráficas con las tipográficas al margen del sistema de significaciones
simbólicas originales, reivindica la importancia del gesto: la fractura de la
línea que separa el “arte” de la actitud vital.
Hechos
para ser reproducidos mediante el fotocopiado mediante el fotocopiado, los fanzines, voceros de los grupos
subterráneos, extienden el principio punkero a otros dominios: si cualquier
oyente puede encaramarse de un salto en el escenario y coger un instrumento y
tocarlo, también todo aficionado puede realizar el sueño de la autoedición,
primero de revistas y luego de las portadas de las maquetas. Las hojas de Leusemia
y los fanzines Alternativa subterránea,
Ataque, Bloke subsicótico, Subterock,
Pasajeros del horror, CTM, Núcleo y las mencionadas carátulas
presentan una diagramación novedosa, artesanal y desordenada que ha inventado
un espacio gráfico de transición que cumple una función utilitaria y al mismo
tiempo posee valores estéticos propios.
A
los trabajos de los artistas de estas publicaciones –Kike Ferreyra, Jaime Higa-
se han sumado los de otros como Eduardo Tokeshi y Mariela Zevallos que en la
ilustración practican una suerte de estética
de la fotocopia.
Y
que, en buena cuenta, amplían el campo de experimentación gráfica que
descubrieron manos más bien amateurs. Sin embargo, debido a los costos, las
técnicas todavía son insuficientes y el manejo de todas sus posibilidades
recién comienza.
CARTA ABIERTA A LA
PRENSA NACIONAL
Ha
llegado el momento en el cual los hombres preocupados por el futuro de nuestra
nación toda hemos de dejar por un tiempo los rencores y conceptuaciones
bizantinas atrás y hemos de levantarnos de nuestras cómodas butacas para lanzar
nuestro grito de protesta contra los enemigos de nuestra integridad tanto
física como espiritual.
Ante
una posición conformista de un gran sector de nuestra juventud, domesticada por
modas… y por dioses de barro, carente de un auténtico deseo de cambio, y otro
sector que sólo se limita a criticar groseramente nuestra sociedad, sin
plantear alternativas, surge la presencia harto necesaria de la Gran Horda
Metálica del Perú.
Nuestra
ideología, si bien tuvo sus bases en tierras sajonas, es aplicable en gran
medida a nuestra coyuntura social: no pedimos, exigimos que la sociedad de
plástico deje ya de llenar la mente de sus hijos con basura perfumada y
tercermundista o permitir que crezcan bajo modelos (carne importada o mesías
leprosos) sin la fuerza suficiente para un cambio necesario; basta de temáticas
fatuas y superficiales y de romanticismo enlatado, ha llegado la hora de
arrancar de raíz el putrefacto
maquillaje de la sociedad reaccionaria y de iniciar el renacimiento cultural
que hoy por hoy solo el metal puede originar: sin líderes, con hombres. No
tenemos otro líder que el metal y su deseo de libertad y justicia, y somos tan
pandilla como Cristo y sus doce apóstoles.
Atte.:
Miguel “Death”
L.E. 07749733
FUENTE: Carrasco, Sergio. El sucio arte de la fotocopia. Fanzines, pasquines y maquetas. (3
de julio de 1987). VSD, suplemento del diario La República, pp. 14-15.
No hay comentarios :
Publicar un comentario